El Ayuntamiento de Vinaròs celebró finalmente ayer el pleno ordinario correspondiente al mes de julio, aunque no estuvo exento de interrupciones por una parte del público que volvió a llenar el salón de sesiones, tomado por la policía local, mientras en la calle policías y guardia civiles protegían el acceso al consistorio.

Tras los incidentes del jueves, cuando no pudo celebrarse el pleno por los gritos e improperios hacía algunos ediles por una parte del público, ayer se decidió controlar el acceso al salón de sesiones. Más tras la protestas de anteanoche. Antes de acceder al salón de plenos, la policía identificó a los asistentes. Desde media hora antes de iniciarse el pleno, a las ocho de la mañana, se realizó un gran despliegue de agentes de la policía local y Guardia Civil.

Entorno a un centenar de personas estaban concentradas a las ocho frente el ayuntamiento con pitos y cacerolas, con el fin de protestar, una vez más, por los recortes de los gobiernos central y autonómico.

Un grupo de jóvenes mostraron durante la sesión folios en los que leía: "Vinaròs 53% paro juvenil, politics i banquers on estan el diners" o "Políticos, el sueldo base también para vosotros", entre otros mensajes.

El pleno no estuvo exento, en algunos momentos, de tensión con interrupciones por parte de un grupo de vecinos. El alcalde, Juan Bautista Juan, les advirtió en varias ocasiones de que en caso de continuar con los gritos e insultos hacía los ediles, cortando sus intervenciones, ordenaría desalojar el salón de sesiones. Lo que no fue necesario finalmente.

Condena de lo ocurrido el jueves

El momento más tenso fue cuando se debatió la moción presentada por el PP en la que se condenaban los actos acontecidos el pasado jueves en el salón de plenos, "por cuanto representan una muestra de intolerancia y falta de respeto hacia los máximos representantes de todos los vinarocenses", decía la moción. La urgencia de esta moción fue aprobada con los votos a favor del PP y el edil de Esquerra, votando en contra el PSPV-PSOE, Bloc y PVI, aunque sólo fue aprobada con los votos favorables del equipo de gobierno del PP, votando en contra el resto de partidos.

Todos los partidos de la oposición coincidieron en que esta moción era un acto de provocación y que iba a calentar aún más el ambiente. Un debate donde se vivieron los minutos más tensos del pleno, con una parte del público interrumpiendo la intervención del portavoz del equipo de gobierno, Luís Gandía, quien se encargó de defender la moción.

En este pleno el PVI presentó también por vía de urgencia una moción por la cual pedía la reducción en un 50% de las percepciones de todos los ediles. Una moción que no llegó a debatirse al no apoyar la urgencia el equipo de gobierno popular. Desde el PP se propuso tratar este tema en una comisión y llegar a un acuerdo para rebajar las retribuciones. Este fue otro momento de tensión.

Al acabar el pleno, un vecino del colectivo de indignados que se manifiesta contra los recortes del gobierno central, pidió la palabra para solicitar exenciones o rebajas en la tasa de basuras. El alcalde le contestó que se está estudiando

Al abandonar el consistorio, los ediles fueron abucheados e insultados por los concentrados.