La investigación abierta por la Guardia Civil a una empresa de autobuses ficticia ha destapado un práctica, que parece ser habitual en la estación de Castelló, de venta de billetes irregulares. A plena luz del día, un hombre se dedica a facilitar los pasajes en el recinto de la propia estación de autobuses, junto a la taquilla que expide los billetes válidos.

Asimismo, según ha podido saber este periódico los vehículos aparcan en el mismo andén que lo hacen las empresas legales y solamente se retiran cuando llega el bus de la empresa legal, cuyo conductor tiene que avisar a la policía para que le dejen aparcar. Todo esto sucedía ayer sin que, al parecer, nadie hiciera nada por impedirlo. Los billetes fraudulentos también se venden en locutorios (como fue el caso de los 47 pasajeros del autobús averiado en Santa Magdalena de Pulpis) y lugares no autorizados. No obstante, gente sin recursos opta por esta compra fraudulenta al contar con precios mucho más económicos que los billetes con garantías. En total, se calcula que diariamente pueden pasar por la estación de autobuses de Castelló (ubicada junto a la estación de Renfe) unos 20 autocares irregulares que no cumplen con los impuestos correspondientes. Este hecho hace que sean los propios empleados de las firmas legales quienes informen a los cuerpos de seguridad, aunque ello no ha impedido que se siga con esta práctica fraudulenta.

Los hechos se están sucediendo €y denunciando€ desde hace tiempo pero ha sido ahora, después del accidente en Santa Magdalena de Pulpis, cuando han saltado las alarmas. Cabe recordar que 47 pasajeros de un autobús con destino Marruecos se quedaron tirados durante más de 24 horas en la calzada de la autopista AP-7 a su paso por Santa Magdalena de Pulpis. El suceso tuvo lugar el pasado jueves y no fue hasta el viernes cuando fueron atendidos. El problema que impidió que otro autocar fuera a recogerlos es que las empresas que aparecían rotuladas en los billetes y el vehículo aseguraban no tener ninguna ruta en marcha por dicha zona. Según ha podido saber Levante de Castelló, fue una empresa de Tavernes de Valldigna (Valencia) con una experiencia en el transporte de viajeros de más de 15 años, la responsable del viaje. Ayer, un trabajador de Linebús aseguró que, a pesar de tener algunos ocupantes billetes con su membrete, el autocar no mantenía relación alguna con esta otra empresa valenciana.

Billetes fotocopiados

Los propios afectados contaron a este periódico que habían comprado los billetes en locutorios y que parecían fotocopiados. Durante las horas que los pasajeros (la mayoría marroquíes) pasaron tirados en la cuneta recibieron atención sanitaria, ropa y alimentación por parte de la Cruz Roja y el propio alcalde de Santa Magdalena de Pulpis. Durante las averiguaciones, fue la Guardia Civil la que descubrió que la mercantil responsable era ficticia, por lo que se decidió abrir una investigación, que todavía sigue su curso.