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El valor del entorno natural perdido en el incendio que arrasó 10.000 hectáreas en el Alto Palancia a finales de junio alcanza los 2,6 millones de euros, según estimaciones de la Fundación Intercoop. Dicho valor se correspondería exclusivamente con las 5.600 hectáreas de masa forestal arrasadas por el fuego en los cinco municipios afectados (Jérica, Altura, Bejís, Teresa y Sacañet).

Esta es la estimación aproximada de los técnicos de la Fundación Intercoop basada en más de dos años de estudios enmarcados en el proyecto BIO ES2, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), la propia Fundación Intercoop y la Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias.

El objetivo de dicho proyecto (con un periodo de ejecución 2010-2013) era cuantificar el valor intangible del interior de Castelló en términos económicos y disponer de los datos necesarios para impulsar iniciativas que mejoren el desarrollo rural y equilibren su aportación a las zonas costeras más pobladas.

La casualidad ha querido que el Alto Palancia y la zona recientemente quemada sea una de las mejor documentadas por el proyecto. No obstante, los propios técnicos advierten que las cifras son orientativas y están sujetas a múltiples variables. La metodología seguida por la Fundación Intercoop se ha basado en valorar los servicios ambientales que produce el territorio al margen de los recursos basados en actividades económicas directas (agricultura, ganadería, turismo, caza, etc.). De este modo, la cuantificación económica del entorno natural en sí mismo (o de los servicios ambientales) tiene en cuenta el valor del paisaje, su biodiversidad, el valor de legar a generaciones venideras el territorio sus recursos y el posible valor sobre nuevos usos de los recursos que aún no se sabe cómo aprovechar en la actualidad.

Para calcular este indicador, la Fundación Intercoop ha llevado a cabo una consulta con expertos de la zona acerca de la importancia relativa de cada uno de los aspectos inventariados. Finalmente, a partir de esas opiniones y la cuantificación económica de las actividades, se proporciona a cada componente un indicador económico del valor social. Por tanto, la estimación de la pérdida "se corresponde con un valor económico social, no comparable con términos económicos reales, como podría ser, una industria maderera (que no existen en el territorio afectado) ni comparable con los gastos derivados de la extinción de incendios; o de otras actividades económicas productivas, agricultura, caza, etc". La importancia de los valores ambientales de la zona afectada es tal que sus servicios ambientales suponen un 23 % sobre el indicador económico social general.

Valor oculto a simple vista

Los estudios de la Fundación Intercoop indican que las pérdidas que los habitantes del Alto Palancia y sus visitantes han sufrido con el incendio del mes de julio van más allá de lo que se percibe a simple vista.

La lista de beneficios o servicios ambientales es amplia e incluye aspectos que podrían pasar desapercibidos como la conservación del suelo y el control de la erosión, la recarga de acuíferos, mejora de la calidad del agua y prevención de inundaciones, la regulación climática y el mantenimiento del ciclo de precipitaciones (las lluvias pueden verse disminuidas en la zona), la captura de dióxido de carbono (CO2) y la mitigación del cambio climático, el ocio y el senderismo, la biodiversidad de zonas protegidas dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea y como Lugares de Interés Comunitario (LIC).

En lo relativo al CO2, se estima que la zona podría tener almacenadas cerca de 1 millón de toneladas de este contaminante y que un 20% del mismo se liberó debido al incendio.

Este valor ambiental también incluye actividades económicas potenciales como el turismo, la producción de maderas nobles, trufa o biomasa a partir de gestión selvícola. Indicadores ambientales tan reales como sutiles desbordan los cálculos económicos convencionales y dan cuenta de lo que han perdido hoy los castellonenses del Alto Palancia y, muy especialmente, de la herencia que se está hurtando a sus generaciones venideras.