El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha manifestado respecto a la tasa del gas que se aplicará a la industria cerámica, incluyendo a las empresas azulejeras y a las esmalteras, que la Generalitat ya ha conseguido reducir en un 30 % las expectativas iniciales de subida del céntimo verde y "ahora se está en negociaciones con el Industria para que lo sigan reduciendo aproximadamente otro 30 %".

Fabra ha realizado estas manifestaciones a preguntas de los periodistas durante la inauguración de Feria Hábitat, y después de que el Consejo de Ministros aprobara el pasado viernes un anteproyecto de ley para acabar con el déficit de la tarifa energética y, de esta manera, recaudar 2.734 millones de euros netos en 2013.

El presidente de la Generalitat ha destacado que se va a seguir "defendiendo al sector cerámico y trasladando la inquietud compartida de que solo siendo competitivos se puede apostar por este sector".

Fabra es consciente de la "importancia" que tiene apostar por los sectores productivos, "por aquellos que están creciendo como base para nuestro crecimiento económico y para la creación de empleo". Por este motivo ha insistido en la idea de negociar con el Gobierno porque "son momentos para defender y cuidar aquellos sectores que están consolidando puestos de trabajo y creando empleo" como es el caso del sector cerámico.

El presidente de la Generalitat ha recalcado que es un sector que ha crecido "mucho" en los primeros meses del año y que está superando lo que fue una "crisis profunda como todo lo vinculado con el sector inmobiliario".

Precisamente el conseller de Industria, Máximo Buch, se ha reunido con el secretario de Estado de Energía, Fernando Martí para pedirle que se "minimicen" los efectos con reducción de los porcentajes y excluyendo a la cogeneración.

En cualquier desde Ascer no se quieren rebajas y se rechaza "de manera rotunda la tasa", se indica desde la patronal, ya que "ataca directamente a la línea de flotación del sector que, de aprobarse finalmente en la tramitación parlamentaria, abocará a las empresas a pérdidas, y con la consecuente destrucción de empleo y cierre de empresas". Desde Ascer se puntualiza que esa situación "no será fruto de las condiciones del mercado o de la capacidad competitiva de la industria, sino de una medida arbitraria de la administración que recae en la industria española".