En los estertores del franquismo, el secretario general del Partido Comunista (PCE), Santiago Carrillo, preparó desde el exilio el rearme del partido ante el proceso de transición que se avecinaba. La provincia de Castelló fue uno de los destinos de los viajes clandestinos que realizó desde Francia, ataviado con su famosa peluca. Tres dirigentes castellonenses del PCE rememoran aquellos episodios y la relación que mantuvieron con el histórico dirigente, fallecido anteayer en Madrid a la edad de 97 años.

Vicent Zaragoza era uno de los referentes provinciales del PCE en los años de la transición. Hijo de Vicente Zaragoza Michavila -alcalde comunista de la Vall d'Uixó entre 1979 y 1991- formó parte del comité central del partido y mantuvo una relación cercana con Santiago Carrillo.

"Estuvo varias veces en mi casa de la Vall, era una persona muy humilde, socarrona, irónica, con una inteligencia y cultura exageradas y unas vivencias bárbaras. Fue clave en la reconciliación nacional porque entendió que el debate no era entre monarquía y república, sino entre democracia o dictadura. Es un personaje imposible de repetir", asegura.

Zaragoza guarda en la retina varios episodios vividos junto a Carrillo. Recuerda una reunión del comité central del PCE donde se debatían cuestiones de política municipal. "Yo había pedido la palabra y entró Carrillo y se sentó a mi lado. En ese momento intervenía un miembro del comité que hablaba de la importancia de ser comunista. Carrillo me pidió que aprovechara la intervención para decir que ser comunista no era un valor en sí mismo si no existía un compromiso social y una preocupación por la gente. Y lo dije", asevera.

Vicent Zaragoza revela que en los últimos años de la clandestinidad Santiago Carrillo "vivió por estas tierras e incluso acudió a alguna corrida de toros en la plaza de Castelló, con su peluca". "Me lo confesó él mismo", admite.

Los viajes secretos de Carrillo a la provincia los conocían otros miembros del partido. Según Miguel Pitarch, secretario político del PCE en Castelló en aquellos años, "sabíamos que venía y se marchaba". "Aquí hizo contactos de tipo económico en busca de financiación de cara a la legalización y lanzamiento del partido", explica. De las veces que coincidió con el histórico dirigente, recuerda que "hablaba muy lento y con mucha precisión. Sus análisis políticos tenían una gran profundidad y consistencia". A su juicio, "los años más brillantes de Carrillo fueron los de la transición, porque luego llevó a la debacle al PCE y estuvo bastante desencaminado".

La fractura del PCE

Los enfrentamientos internos del partido culminaron con la expulsión del partido de Carrillo y sus seguidores en 1985. Al año siguiente formó un nuevo partido denominado Partido de los Trabajadores de España-Unidad Comunista (PTE-UC) en el que también se embarcaron algunos castellonenses, como Javier Méndez de Vigo Hernández, que había sido candidato a la alcaldía de Castelló por el Partido Comunista en el año 1983. Méndez de Vigo recuerda que Carrillo "vino un par de veces a Castelló para intentar afianzar el nuevo partido". "Era un tipo con mucha ironía, socarrón, afable y tolerante. Mi relación con él fue fluida en un momento difícil como fue la ruptura del PCE", afirma el exdirigente local, que visitó ayer en Madrid la capilla ardiente de Carrillo.