Los recortes han llegado a todos los sectores de la sociedad y, por ello, este año se ha planteado la posibilidad de que la Conselleria de Cultura redujera las subvenciones que otorgaba a entes como universidades para realizar proyectos arqueológicos y paleontológicos. Sin embargo, este verano, la Generalitat informó de que iban a iniciar una nueva línea de ayudas "no nomitivas" donde habrá una cantidad fija que se "otorgará entre todos los que se presenten", según fuentes de conselleria.

Esta nueva línea de ayudas para proyectos arqueológicos y paleontológicos convocada a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, está dotada con 145.600 euros a repartir entre los candidatos, sin poder exceder en 14.000 euros la ayuda percibida por un mismo organismo. Asimismo, los ayuntamientos y asociaciones sin ánimo de lucro deberán aportar al proyecto como mínimo un 25 % del presupuesto final del mismo.

La forma de adjudicación de las subvenciones se basará en la rentabilidad del yacimiento, es decir, su grado de valor, restauración, preservación y musealización principalmente.

La Jaume I

En el caso de la Universitat Jaume I de Castelló van a seguir trabajando en la recuperación de la Villa de Sant Gregori en Burriana "donde ya llevamos actuando dos años" según informó Josep Benedito, encargado del proyecto y profesor del área de historia antigua de la UJI.

Para poder realizar el proyecto la universidad cuenta con la subvención de conselleria, "que ya hemos pedido", y con la colaboración del Ayuntamiento de Burriana y del Museo Arqueológico de Burriana.

Josep Benedito señaló que este año tienen la "intención de ampliar el proyecto". Para ello "hemos solicitado abrir un área de 25 metros cuadrados para continuar la excavación por la estructura de la Villa", ya que esta es una de las pocas edificaciones romanas situadas junto al mar y buscan "investigar" más sobre su construcción.

En el proyecto participan además de trabajadores experimentados, dos profesores titulados de la universidad -Juan José Ferrer catedrático de la universidad y el propio Josep Benedito- y unos diez alumnos, para que puedan conocer de primera mano "tanto la metodología de excavación como luego la forma de trabajar con los restos. Tal vez por ello la experiencia tenga un doble resultado positivo, el científico y el docente.