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La medida del Consell para que los niños puedan llevar su propia comida en fiambreras al comedor escolar ha fracasado en la provincia de Castelló hasta el punto de que, dos meses después de su supuesta introducción, sólo ha sido utilizada por una horquilla de entre 2 y 4 alumnos de los más de 55.000 estudiantes de infantil y primaria en la provincia de Castelló, según confirmaron fuentes de los propios centros y de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Castelló (Ampas).

De hecho, la introducción de la comida de casa por parte de los escolares ha sido rechazada por los consejos escolares de 165 de los 169 centros públicos de primaria y de secundaria de las comarcas castellonenses, que alegan que existen serios riesgos para la salud de los escolares y que se trata de un intento velado de suprimir las becas de comedor.

Pocos son los colegios que lo han aceptado, y en términos prácticos sólo un par de centros lo aplican. Uno de ellos es el colegio Benadressa, en el cual fue solicitado por las familias de dos alumnos que han perdido la beca de comedor y de transporte, por lo que están forzados a comer en el centro y no tienen recursos para costear el comedor.

Negativa

No obstante, el 98 % de los centros y el 99,3 % de los escolares castellonenses se han negado a seguir la propuesta de la Conselleria de Educación, que presentó la opción de las fiambreras justo antes de rubricar una rebaja sin precedentes de las becas de comedor que ha dejado a miles de castellonenses sin la ayuda.

Tanto los profesores como las 250 Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Castelló, integradas en Fapa-Penyagolosa, mostraron una contundente oposición a que los pequeños acudan con su propia fiambrera. Este hecho ha bloqueado la medida, dado que el decreto del Consell da la potestad a los consejos escolares para aceptar o no la introducción de comida externa en el comedor; lo cual también hace recaer sobre ellos la responsabilidad en caso de cualquier incidente.

Los padres argumentan que la Conselleria de Educación no ha establecido una regulación clara y que sigue en el aire quién va a cuidar de los niños, quién va a vigilar que el manejo de los alimentos sea correcto y quién va a garantizar la seguridad de los pequeños.

Las Ampas no están dispuestas a asumir esta responsabilidad y también lamentaron que la medida de la Generalitat Valenciana esconde "un intento de eliminar un derecho básico como el de los comedores escolares; un servicio que ayuda a conciliar la vida familiar y laboral y que apoya a las familias más humildes que ahora lo necesitan más que nunca".

4.500 becas menos en Castelló

Las Conselleria de Educación ha recortado este año en más de 840.000 euros las becas de comedor escolar para las familias de Castelló y dejará a miles de solicitantes sin ayuda al endurecer los baremos económicos hasta el punto de exigir una renta per cápita anual máxima de 1.400 euros para la ayuda íntegra y de 3.752 para la del 70%. Además, para alcanzar la puntuación necesaria para la beca completa (16) se debe cumplir y acreditar al menos dos de las siguientes circunstancias: alumno en situación de abandono familiar, padre y madre en paro sin prestaciones ni subsidios, ser hijo de refugiados políticos, hijo de familia monoparental o de progenitores toxicómanos, alcohólicos o reclusos en centro penitenciario, familia numerosa o discapacidad física o psíquica.

Así lo ha denunciado la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Castelló (FAPA-Penyagolosa), que estima que el Consell ha rebajado en dos tercios el número global de ayudas completas. En el caso de la provincia castellonense, las becas íntegras rondaban las 6.500 y se han reducido a alrededor de 2.150 (4.300 menos).

Según la federación que aglutina a las 250 Ampas de Castelló, la decisión de la Generalitat tendrá graves consecuencias. "La Generalitat está actuando de una forma más que irresponsable, muy irresponsable, porque las familias están pasando momentos difíciles y en vez de encontrar auxilio en la Administración lo que encuentran es que las becas se endurecen más y cada vez es más difícil acceder. Antes se contaban muchos más factores y el económico no era tan excluyente. Muy pocas familias pueden acceder ahora a esa ayuda con estos criterios".