La intensa nieve que cayó durante la noche del jueves al viernes en la localidad palantina de Barracas colapsó durante toda la noche y parte de la jornada de ayer la circulación de vehículos por la autovía A-23. La fuerte nevada que se registró desde las 20 horas hasta las 2 de la madrugada hizo que la Guardia Civil tuviera que cortar al tráfico la vía principal que une Valencia con Teruel en ambos sentidos durante 20 horas, dejando atrapados a alrededor de un centenar de camiones y vehículos cuyos conductores tuvieron que pasar la noche dentro de sus autos en uno de los carriles de la autovía, entre los kilómetros 50 y 62.

Una situación que ha hecho que alrededor de 200 operarios entre la Cruz Roja, la Unidad de Emergencia y efectivos de la Guardia Civil trabajasen de forma ininterrumpida desde la noche del jueves y durante todo el día de ayer para establecer, lo más rápido posible, la circulación al tráfico en la A-23, objetivo que se logró sobre de las cuatro de la tarde, según informaron desde la subdelegación del gobierno.

Asimismo, otros 100 camiones fueron desviados a los polígonos industriales de Altura y Viver, para impedir que quedasen atrapados en la nieve, cuyos ocupantes fueron atendidos por Guardia Civil y voluntarios de Cruz Roja que les proporcionaron comida y mantas para pasar la noche.

Debido a la cantidad de vehículos pesados atrapados, 61 militares procedentes de los Batallones III y IV, de Valencia y Zaragoza, respectivamente, y la Unidad Militar de Emergencias -apoyados por 33 vehículos (4 oruga, 3 quitanieves y el resto lo conforman todo-terrenos, de comunicaciones, de transporte de personal y de oruga, logísticos, ambulancia, y demás)- se desplazaron hasta la localidad de Barracas a las 22 horas del jueves para comenzar a trabajar en las labores de restablecimiento del tráfico. Para ello, durante horas y horas estuvieron ayudando a camioneros y conductores de coches a sacar de la nieve sus vehículos totalmente sepultados en aparcamientos y arcenes para acceder a la vía principal y continuar su marcha.

A primera hora de la mañana

Desde primera hora de la mañana de ayer, el tráfico en la A-23 dirección Valencia quedó totalmente restablecido, mientras que el cruce de uno de los camiones en dirección Teruel que ocupó dos carriles de los tres de la autovía, así como el grueso de nieve que cayó durante la noche, complicó durante la mañana el tráfico a camiones dirección Barracas donde, hasta bien entrado el mediodía, y tras ser ayudados por la UME no pudieron moverse del carril derecho de la vía tras permanecer más de 16 horas atrapados.

Así lo explicaba a Levante de Castelló uno de los camioneros, Ivan Atanashov, que ayer quedó atrapado en la A-23 y que no podía mover su vehículo al estar totalmente rodeado de nieve. "Llevamos aquí desde las ocho de la tarde de ayer -jueves para el lector-que comenzó a nevar muy fuerte y nos pararon. Ahora son las 10 de la mañana y todavía no nos hemos podido menear porque nadie ha venido a ayudarnos", apuntaba indignado este camionero que salió de Valencia con destino Bélgica.

Testimonio

Antonio Antolino mostraba también su preocupación por cómo estaba la situación y por si volvía a ponerse a nevar. "Yo he salido de Murcia voy a Inglaterra y llevo aquí parado muchas horas, como todos, sin poder menearnos. He intentado mover el camión pero con la nieve que tenemos acumulada de pasar toda la noche parados delante y detrás o nos remolcan o no salimos porque patina". En igual situación se mostraba otro de los conductores de Albal que subía a Zaragoza y vio como tuvo que parar su camión en medio de la autovía. "Hemos pasado toda la noche aquí atrapados, aunque la verdad es que estamos acostumbrados a dormir en el camión por lo que no ha sido problema", explicó este chófer que puntualizó que "lo malo es ahora a ver si podemos continuar hacia arriba que parece ser que la situación está peor".

También furgonetas y vehículos pequeños se vieron atrapados por la fuerte nevada tras ser desviados a Barracas para pasar la noche al haber cortado la carretera. Este fue el caso de Ana Belén Montoya, de Albacete, que tuvo que hacer noche en el hostal de Barracas tras verse sorprendida por la nieve. "Nos desviaron en la A-23 hasta aquí cuando bajábamos anoche de Zaragoza y nos hemos quedado a dormir en el hostal. Ahora estamos esperando a que nos ayuden desde la UME a sacar el coche del aparcamiento para irnos hacia Valencia", informó.

Por su parte, los vecinos del pueblo se mostraban encantados con la situación, y es que, a pesar de que consideraban que "a llegado un poco tarde, ha caído con ganas". Tanto era así que abrirse paso a primera hora para salir de sus casas bien requería una pala y sal con el fin de poder moverse de casa. Incluso la ayuda de Eusebio fue fundamental para que el farmacéutico, Ramón Royo, pudiera acceder a abrir su establecimiento. "Da la casualidad que además hoy estoy de guardia en la farmacia en la zona alta del Palancia, así que hay que abrirla y por esto le he pedido a Eusebio que me despeje la entrada para abrir", explicaba Royo.

No cesa la actividad

Aún así, la actividad no cesó durante toda la jornada en esta localidad palantina de Barracas donde los más pequeños no asistieron al colegio y disfrutaron de una gran jornada blanca. Carnicerías, establecimientos y bares y restaurantes comenzaron a recibir las visitas de los primeros curiosos que se quisieron acercar hasta Barracas para visualizar una estampa que, según los más mayores, hacía muchos años que no se veía. "Hará unos tres años que nevó de forma similar, pero de todas maneras esto es buenísimo para todo, para acuíferos y para la sequía del campo", apuntaba Eusebio Villanueva mientras limpiaba la entrada de su casa con una pala.

Para la coordinación del dispositivo se instaló un puesto de mando en la Cruz Roja de Segorbe y se usaron más de 200 toneladas de sal e intervinieron seis máquinas quitanieves por parte del ministerio de Fomento.