El Tribunal Supremo ha admitido a trámite el recurso presentado por el exprofesor del colegio Vicente Artero contra la condena a dos años y medio de prisión por abusos sexuales dictada por la Audiencia Provincial, según avanzó a este diario el abogado defensor, Ausias Heras.

La sala segunda de la instancia analizará de esta forma los razonamientos expuestos por el maestro contra el fallo de la Audiencia Provincial. El docente niega que los tocamientos a nalgas de alumnas que aparecen en fotografías que él mismo realizó tuvieran una finalidad sexual. La ejecución de la sentencia se aplazara hasta la resolución por parte de Supremo.

La Audiencia Provincial lo condenó en el mes de junio de 2012 a dos años y medio de prisión por siete delitos continuados de abuso sexual y otros dos no continuados.

También se le exigió el pago de una multa de 13.500 euros y se le inhabilitó para ejercer su profesión al menos doce años. Por su parte, la indemnización a las víctimas ascendía a los 9.400 euros para cinco menores y 2.400 para cuatro. La Fiscalía había reclamado 35 años por nueve delito continuados de abuso y otro de pornografía infantil. La Audiencia lo absolvió de los cargos de pornografía al no encontrar pruebas contra él en este supuesto.

El acusado, Ramón F., fue arrestado el 27 de enero de 2010 en la calle Vilafamés tras advertir unas vecinas de que había tomado imágenes de niños en la calle.

La policía le requisó una cámara y trece tarjetas de memorias en las que tenía almacenadas decenas de fotografías de alumnas en las que aparecen, según la fiscalía, "siendo objeto de tocamientos en la parte de los glúteos y zona genital por parte del acusado".

El fiscal afirmó que en 2009 y 2010 el acusado se dejó llevar por su "ánimo libidinoso" y "prevaliéndose de su condición de profesor de Primaria" llevó a cabo una serie de supuestos abusos contra alumnas del centro. Según su relato, el 30 de noviembre de 2009 tocó las piernas y los glúteos de una menor de la escuela, fotografiando "sus acciones con una cámara digital" y que en mayo de 2009 y enero de 2010 volvió a ejercer abusos similares contra dos alumnas más.

La vista oral se prolongó cuatro días y el profesor subrayó que las fotos no tenían una finalidad sexual.

"Yo no hago fotos de glúteos, pechos y piernas a propósito, sino que hago fotos en general y no hay una casuística para cada foto. Están hechas de muchas maneras y en muchos momentos, reflejan actos naturales y sin ninguna intención", explicó en el juicio.

"Muestran la espontaneidad de los menores, pero no hay un enfoque claro, ya que a veces enfocaba su cara y aparecía la espalda o la parte de abajo del cuerpo porque se giraban", remarcó.