?

La Red Sísmica del Instituto Geográfico Nacional confirmó ayer que los 31 seísmos registrados en la costa de Vinaròs en apenas 72 horas no requieren la activación de ningún plan de seguridad y no suponen ningún riesgo para la población. Además, subrayaron que este número reiterado de fenómenos no aumenta el riesgo de futuros terremotos porque en la zona no se dan las condiciones tectónicas para seísmos de gran o mediana intensidad.

Por su parte, el presidente de Escal UGS, Recaredo del Potro, confirmó ayer que estos microseísmos frente las costas del norte de Castelló y sur de Tarragona se producen como consecuencia de la inyección de gas en el subsuelo marino. Del Potro señaló que la posibilidad de microseísmos está contemplada en el proyecto y subrayó que son imperceptibles para los vecinos de la zona. Asimismo, quiso tranquilizar a los ciudadanos asegurando que todo esta dentro de los parámetros normales y "no hay peligro ni nada de que alarmarse".

A este respecto, el director de la Red Sísmica Nacional, Emilio Carreño, corroboró que no hay motivo de alarma: "Desconocíamos que se estuviera efectuando ningún tipo de inyección de gas en esta zona, pero podemos corroborar que se trata de un seísmo tectónico igual al que estamos detectando en otras partes de la península. Es un fenómeno como el que puede producir cualquier pequeña falla, pero lo cierto es que se trata de una zona con escasa actividad sísmica y donde no suelen registrarse este tipo de fenómenos". De uno u otro modo, confirmó que frente a las costas de Vinaròs "no existe ninguna gran estructura de fallas que pueda generar seísmos de gran magnitud y ni siquiera de intensidad media que puedan ser percibidos por la población".

Además, los expertos del instituto descartan que la consecución de pequeños seísmos (31 en apenas 72 horas) pueda generar consecuencias en el comportamiento del subsuelo ni riesgo de futuros movimientos de tierra. "Para que haya un gran o medio terremoto debe haber una gran estructura de fallas que en la costa de Castelló y de Vinaròs concretamente no hay; y los pequeños seísmos registrados no pueden cambiar ningún patrón ni aumentar el riesgo". Los mencionados seísmos son de tan baja intensidad que ni siquiera han sido percibidos por la población en tierra y tampoco ha suscitado cambios de corrientes u oleajes en el mar.

Según los sismógrafos, los terremotos habrían tenido lugar a una profundidad aproximada de 7 u 8 kilómetros por debajo del fondo marino. De hecho, el movimiento de mayor intensidad no superó los 2,5 grados en la escala Ritcher y tampoco alcanzó el nivel VI de la escala que marca del Plan Especial Sísmico de la Comunitat para activar el estado de emergencia, que requiere al menos algún herido leve y 5 casas dañadas.

Por una cuestión protocolaria, la Red Sísmica Nacional dio aviso a las autoridades estatales, pero no se activó ni fue necesaria ninguna medida especial. No en vano, Castelló es la provincia de la Comunitat con menor actividad sísmica y el plan autonómico únicamente prevé posibles riesgos de terremoto de intensidad VI y VII en un periodo de 500 años en cuatro municipios: Bejís, Xilxes, La Llosa y Moncofa.