Los presidentes de las agrupaciones locales de comerciantes de Castelló mostraron ayer sus reticencias al anuncio de Alberto Fabra de liberalizar los horarios comerciales. Por su parte, los alcaldes abogaron por consensuar la medida con los empresarios para evitar que pase factura a la economía local.

El presidente de Centre Ciutat Castelló, José Luis Verchili, mostró su "sorpresa" por el anuncio del presidente y dudó de los beneficios económicos para los establecimientos del centro tras analizar la escasa repercusión que ha generado al sector en Valencia. "Prácticamente un máximo del 10% de los comercios se ha visto compensado por abrir en festivos", valoró Verchili. "Creo que Castelló está muy verde para aplicar la medida en el comercio urbano de proximidad", añadió.

En este sentido, señaló que el 50% de los propietarios de comercios de la ciudad son autónomos, "con el gran esfuerzo que supone ya abrir seis días por semana". Verchili incidió en que el sector "ya tiene bastantes problemas" que no se ve verán aliviados por la ampliación de horarios.

Una de las justificaciones de la medida es el potencial turístico de las ciudades. "No veo aún a Castelló como ciudad de gran afluencia turística, ya sabemos cuál es hoy por hoy su potencial turístico", añadió. Centre Ciutat trasladará su argumentación al Observatorio del Comercio valenciano.

Muy tajantes se mostraron desde Cèntrics con la medida ante el coste que supone para el pequeño y mediano comercio absorber más horas de trabajo "que no supondrá crear empleo". "Estamos totalmente en contra. El horario actual ya es suficientemente extenso", indica esta parte.

La asociación presidida por Antonio Adell considera que el anuncio de Fabra "sólo interesa a las grandes superficies", "beneficiadas por la apertura de rondas de circunvalación frente a las limitaciones de tráfico del centro" .

Por su parte, los alcaldes de la provincia se mostraron, por unanimidad, partidarios de negociar con las asociaciones de empresarios cualquier modificación.

El primer edil de Burriana, José Ramón Calpe, se mostró partidario de que "el que quiera trabajar, que lo haga, y abra cuando quiera". "Yo soy un liberal convencido, aunque hará falta escuchar al tejido comercial local, que está castigado por los grandes centros comerciales y sabemos que afecta a la competencia de Burriana", explicó Calpe.

En la misma línea se manifestó su homólogo de Almassora. "La iniciativa es una facilidad que se ofrece a los negocios y deben ser ellos los que decidan de forma conjunta si consideran o no oportuna la modificación de los horarios comerciales".

El alcalde de la Vall, Óscar Clavell, de momento prefiere no tomar partido sobre lo que puede pasar en el futuro. Así, señaló que "vamos a estudiar las propuestas con calma y tras analizar pros y contras haremos en la Vall lo que pensemos que sea mejor o más conveniente".

El primer edil de Segorbe, Rafael Calvo, explicó su intención de, "convocar al consejo local de comerciantes con el fin de que nos den su opinión y llegar a un acuerdo para que sean ellos los que, en consenso, decidan qué debemos hacer".

El concejal de Comercio de Vila-real, Pasqual Batalla, avanzó que es una propuesta que deben estudiar ante la sorpresa inicial. Esta parte mostró sus reticencias por la repercusión del proyecto a las pequeñas y medianas empresas, que podrían verse perjudicadas.

La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, indicó que el equipo de gobierno consensuará con la Asociación de Comerciantes y Servicios Profesionales (Acoserve) cualquier novedad en las condiciones del sector. "Son ellos los que mejor conocen las condiciones del sector", añadió.

Para el munícipe de Onda, Salvador Aguilella, "la medida, en principio, parece muy positiva pero en el caso de Onda se celebrará en breve una reunión con el Consell de Comerç para que sean ellos los que decidan qué es lo que quieren hacer al respecto".