A finales de 2012, Vila-real y la UJI firmaron el convenio de colaboración para implantar la universidad castellonense en la ciudad, un acuerdo que se materializó con la puesta en marcha de la Càtedra d'Innovació Ceràmica Ciutat de Vila-real, con sede en la biblioteca Pius XII. La cátedra pretende desarrollar actividades de investigación, formación y promoción en el ámbito cerámico, destinadas a fomentar un espíritu de innovación en la economía local y comarcal. El catedrático de Química Inorgánica de la UJI, Juan Carda, dirige un equipo de cuatro personas, Antonio Martínez, Jordi Llop y Toni Castelló, que a pesar de lo limitado de los recursos económicos, intentan ampliar su actividad investigadora.

¿Cuál es el estado actual del sector cerámico en la provincia de Castelló?

Juan Carda: Ahora está teniendo una evaluación bastante objetiva como son las ferias, como la de Cersaie en Bolonia. Es un examen de la situación del mercado y del sector. La cerámica como sector general, a nivel mundial, está creciendo porque se trata de un material que cada vez se coloca más por ser higiénico y tener muchas posibilidades estéticas y funcionales. El problema de la cerámica en Castelló, es que años atrás antes de la crisis tenía como mercados propios el nacional y el internacional al 50 % pero el consumo interno ha desaparecido.

Poco a poco se ha pasado a tener que exportar más del 80 por ciento pero abrirse paso en un mundo tan competitivo es complicado. Ante este panorama hay dos opciones. Una, apostar por un producto barato, generar mucho volumen y ofrecerlo a bajo coste pero eso es pan para hoy y hambre para mañana porque en países terceros hay menores costos sociales. La otra es una apuesta más dura, ir hacia la tecnología. Una labor de más tiempo pero fructífera, ir a productos para mantener la calidad y dotarlos de mayor funcionalidad. Ahí entra la innovación, diseñar nuevas aplicaciones y propiedades de la cerámica. De productores españoles ha surgido la decoración digital y eso nos ha permitido desmarcarnos de los competidores.

Habla de la importancia de la innovación y de seguir apostando por ella en tiempos de crisis.

J. C.: La experiencia nos dice que se nota el bajón en las empresas porque en una situación como la actual se antepone la superviviencia a la investigación. Una vez estabilizado el tema, cuando se han abierto y obtenido respuesta del mercado internacional para compensar el descenso del nacional, la gente vuelve a inquietarse. Hemos aprendido que la mejor salida de la crisis es la innovación. Lamentablemente, el Estado ha recortado mucho las ayudas por eso debemos salir de la idea de que sin dinero, no hay investigación. Hay que apostar por la empresa como ente social y reclamar más esfuerzo a las administraciones para potenciar y poder ser competitivos.

Uno de los problemas que afectan al sector es el consumo eléctrico, ¿cómo puede condicionar el futuro ?

J. C.: El sector cerámico es muy dependiente energéticamente. Por desgracia, nuestro país depende de energía foráneas, como el gas, y la electricidad. Supone un coste importantísimo. Deberían apostar por programas de cogeneración, que la propia empresa se abastezca, porque los costes de la factura energética asfixian el sector. Hace años se primó la cogeneración y, en este sentido, España podría ser líder en energías alternativas, si hubiese habido inversión económica.

El proyecto Cerurbis, impulsado por Castelló, ha sido noticia en las últimas semanas. Pretende potenciar el uso de estos materiales en el entorno urbano. Parece que es una de las posibilidades de futuro.

Toni Castelló: Todo lo que sea divulgar es positivo. Es necesario conocer mejor la cerámica porque a pesar de la gran tradición que hay, existe mucho desconocimiento de ella. Las posibilidades y la funcionalidad de la cerámica permiten que pueda usarse como suelo urbano, que abra espacios para tener zonas de relax en las terrazas. Son algunas de las opciones pero hay que abrir la vista a otros campos como la medicina para reconstruir huesos o tratar tumores localizados, la biotecnología o energía con células solares.

¿Están preparadas las empresas para este cambio de visión?

T. C.: Por las experiencias que hemos tenido hasta ahora, que tampoco han sido muchas, tienen una actitud positiva. En las reuniones con empresas, se han mostrado dispuestas y proactivas porque estos campos de la cerámica también pueden aplicarlos y no están tan alejados de la fabricación que realizan actualmente. En este próximo año está previsto que desarrollemos proyectos con estas firmas, de mejora producción o de variación del producto que fabrican aunque hay otras oportunidades.

Si nos centramos en la cátedra, ¿cuáles son las líneas de trabajo que se han marcado?

J. C.: Ha sido un curso muy completo pero para acabar el año queremos hacer una tarea importante, organizar una semana de la ciencia en noviembre. Hacemos un llamamiento a los colegios que quieran participar porque queremos dar a conocer a los estudiantes más pequeños las inquietudes sobre las ciencias, que tomen contacto con ella. Aparte de la tarea divulgativa, a nivel interno, hemos recibido una donación de la herencia documental de Antonio García Verdú, doctor Honoris Causa de la UJI en el 97. Los recursos económicos son limitados, vienen fondos del ayuntamiento, e intentamos hacer todo lo posible. Ojala hubiera más concienciación en el sector y pudieran cofinanciar la cátedra porque los beneficios repercutirían en el propio parque empresarial y también nos permitiría divulgar más la actividad.