Juan Ripollés acepta con sumo pesar el retorno de la escultura derribada por el viento a su estado original, pero no ceja en su empeño de preservar algún recuerdo de la caída y ahora propone al ayuntamiento que al menos permita conservar "las cicatrices" producidas por el derrumbe del pasado 26 de enero.

"Como se ha decidido no dejarla como está he perdido los derechos de imagen y no tengo más remedio que asumir que se levante, pero me gustaría que la escultura estuviera de pie con las cicatrices que tiene", explicó ayer Ripollés a este diario, quien reiteró su "tristeza" por la próxima restauración de "Homenaje a las Víctimas del Terrorismo". Tal como avanzó el sábado Levante de Castelló, el ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con la empresa constructora y el brazo desplomado por la fuerza del viento estará restituido a finales de diciembre. El ejecutivo local asegura que los costes de la reparación serán cubiertos por la empresa (Cosaor), aunque el consistorio deberá llevar a cabo las tareas de supervisión.

Los trabajos empezarán en una semana y la estatua será reparada sobre el terreno, descartándose el traslado de la parte afectada al taller del artista en Burriana. El concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Mulet, insistió ayer en que primero se alzará la estructura, "bajo una serie de controles que nos den la total confianza de que no va a volver a ocurrir algo similar". Posteriormente será el artista el que se encargará de recomponer la parte artística y plástica de la obra", añadió. "Ha sido la propia empresa la que ha pedido que sea el ayuntamiento el que supervise las labores de soldadura y ensamblaje, así que el coste para el consistorio será de supervisión". Mulet informó a Ripollés en la noche de lunes del pacto alcanzado con la constructora y el artista destacó que la nueva estructura contará con unas resistencias capaces de soportar ráfagas de hasta 250 kilómetros por hora frente a las 150 actuales.

No obstante, el escultor no escondió su malestar y admitió que colaborará en la reconstrucción con escaso ánimo. "Preferiría dejarla como está, la realidad para la historia sería esa", sostuvo Ripollés. A regañadientes ha asumido que se erija de nuevo la escultura, pero plantea al ayuntamiento que preserve las "heridas" del accidente, es decir, que mantenga los daños producidos por el viento.

Esta propuesta tiene pocas posibilidades de prosperar. El gobierno local vinculó su actuación a un informe del Consell Municipal de Cultura y el ente consultivo optó por unanimidad por recuperar la obra escultórica.