No cabe la menor duda que si alguien hizo méritos para lograr el ascenso del CD Castellón B a Primera Regional fue la plantilla. Ese fenomenal grupo, muy amplio, de futbolistas que contra viento y marea fueron capaces de dar una alegría al albinegrismo. Eso sí, con suspense por la metedura de pata de Ramón Moya y Ximet Badimón, en el último partido de Liga en casa contra el Cálig, al realizar cinco cambios, cuando el reglamento permite un máximo de cuatro. Fueron penalizados con la pérdida del encuentro y relegados a la segunda posición, por lo que tuvieron que pasar por los siempre angustiosos play-offs de ascenso. El CF Torreblanca fue el que al final quedó campeón y ascendió directamente.

El equipo no se descompuso durante los dos últimos partidos finales contra la UD Ilicitana. Triunfo reñido sobre el terreno de juego de Castalia (1-0) y empate sin goles en la Ciudad Deportiva de Torrellano. Y allí, a casi trescientos kilómetros de la capital de la Plana, fue donde los chavales del CD Castellón B celebraron el ascenso a la Regional Preferente, justo dos días antes de cumplirse el descenso a Primera Regional, tras perder en el campo del CD Benicarló por 3-2.

El mejor equipo de todo el grupo

Sin duda alguna, el filial albinegro fue el equipo que mejores sensaciones dio, el que mejor fútbol desplegó. En casa lo ganaron todos (cedieron sólo tres empates) y en los desplazamientos sólo sumaron tres derrotas. El valenciano Juan Carlos Ortiz, el sevillano Juanma Montero y el castellonense Xavier Andrés fueron sus entrenadores a lo largo y ancho de las treinta jornadas de Liga. También se puso por medio Ramón Moya en la fase de acenso. Y se llegaron a utilizar a cuarenta y dos futbolistas en los treinta y dos partidos disputados.

La plantilla más joven de la categoría dio la talla compitiendo contra equipos con muchos más años acumulados y con más experiencia en una Primera Regional donde predomina el fútbol de fuerza, aguerrido y donde la mayoría de los terrenos de juego son pequeños y estrechos. La temporada arrancó con una derrota en el campo del Morella (2-0) que sirvió de toque de atención para el equipo de la capital de la Plana. Luego, poco a poco, los orelluts se instalaron en la parte alta de la tabla clasificatoria y nunca la llegaron a abandonar.

El bloque no se descompuso

Sobre la marcha del campeonato, salidas y llegadas de futbolistas, o relevos en el banquillo. Al final se encontró el equilibrio suficiente para que el bloque no se descompusiera. Se debió ascender como campeón, porque durante casi toda la fase regular los albinegros estuvieron liderando la tabla. El tropiezo en la penúltima jornada en el campo del CF Torreblanca lo dejaba todo pendiente para el último partido. Se ganó 4-1 al Cálig CF, pero incomprensiblemente el desconocimiento del reglamento condujo al técnico Ramón Moya a cometer una alineación indebida con el un ilegal quino cambio. Menos mal que luego en el play off el equipo dio la talla y se logró en anhelado ascenso.