Castelló se fundió ayer con la tradición ancestral de la Nit de Sant Joan, una de las festividades más enraizadas y más populares de la costa castellonense. Más de 40.000 personas llenaron la playa del Gurugú mientras los «correfocs» y las decenas de hogueras iluminaron esta noche mágica.

La capital de la Plana cumplió con la tradición y miles de vecinos y turistas se reunieron desde última hora de la tarde para celebrar un ritual que marca el inicio del verano. Este rito en la playa mantiene su carácter atávico y pagano. Las culturas antiguas lo introdujeron para celebrar el solsticio de verano. En un principio se pensaba que el sol perdía esplendor porque a partir de esta fecha los días se hacen más cortos, y con esta creencia se hacían fogatas como forma de ayudar al sol a recuperar su energía. La Iglesia Católica respetó esta cultura pagana pero lo dio un barniz religioso y otorgó al 24 de junio la santidad de Sant Joan. El litoral mediterráneo ha preservado ese primigenio del ritual del fuego, que sirve también pra celebrar el paso de la primera al verano.

Los vecinos congregados anoche en la playa de Castelló realizaron las típicas hogueras en compañía de familia y amigos. Los «correfocs» de los grupos de «dimonis» y un castillo de fuego coronaron esta jornada del fuego . Los grupos de jóvenes más osados llevaron a cabo los tradicionales saltos por encima de las hogueras. A las doce de la noche los presentes tomaron el primer baño de Sant Joan en las cálidas aguas del mediterráneo.

Pero la fiesta comenzó pronto. La amenaza de tormenta al mediodía desapareció con el paso de las horas y el ritual del fuego prosiguió como esta previsto. Así, la Federación de Colles organizó por la tarde diversas actividades que acrecentaron el ambiente lúdico y simbólico de esta jornada tan especial. Las actividades, arrancaron a las ocho de la tarde con un concurso de «coques de Sant Joan» a cargo de la colla «Cagarrós», que repartió este tradicional producto más una copa de moscatel entre los asistentes.

Posteriormente se llevó a cabo un sopar de «pa i porta» en el paseo marítimo, un acto que cada año reúne un mayor número de personas y que se proyecta como el preludio del encendido oficial de las hogueras. «Venimos todos los años, es la forma para celebrar la llegada del verano», subrayaban Enrique e Iván, mientras disfrutaban de un «coca» regalada por uno de los «joanes» del grupo de amigos.

Las primeras fogatas además estuvieron acompañadas por el concurso de los juegos de fuego de los «Dimonis de la Plana» . Por último, un castillo de fuegos estrenó el día de Sant Joan mientras decenas de personas practicaban el ritual del mar. Este año también se sumó el chiringuito de la playa del festival del Rototom, que celebró Sant Joan con ritmos de música reggae. Los más jóvenes acabaron la velada hasta bien entrada la madrugada.

A primer hora de la mañana, los servicios de limpieza retiraron los restos de las hogueras.