Un 27 de junio de hace 50 años uno de los párrocos más queridos y conocidos de Vila-real, Mosén Guillermo, fue nombrado cura en Xodos. Desde entonces y, a excepción de un año, Mosén Guillermo ha desarrollado su labor en Vila-real donde creó la iglesia Santa Sofía, de la que ha sido y es «el mejor y el peor rector».
En estas cinco décadas, mosén asegura que ha vivido momentos mejores y otros más complicados pero siempre ha contado con la ayuda divina para seguir adelante. De estos años destaca la creación del colegio Bisbe Pont, «la perla de la parroquia», así como su labor en la lucha contra la drogodependencia que le ha causado algún que otro susto. El que más recuerda tuvo lugar en la localidad vizcaína de Durango cuando lo confundieron con un policía y lo rodearon de forma intimidatoria pero finalmente todo quedó en un pequeño sobresalto, en una anécdota que recordar.
Aunque mantiene el mismo ritmo, se levanta sobre las seis de la madrugada y se acuesta sobre las once de la noche, los años pesan y asegura que llega más cansado al final del día. El esfuerzo que suponía el trabajo con personas drogadictas también ha motivado que aparque esta labor, en la actualidad, por lo que ahora gran parte lo dedica a ayudar a Cáritas. De hecho, antes de la misa de ayer en la que participaron las autoridades municipales, advirtió que no quería regalos sino que fuera para esta entidad.
Durante estos años, mosén Guillermo, muy vinculado al Villarreal CF e Hijo Adoptivo de la ciudad, ha percibido una pérdida de valores humanos puesto que considera que, en la actualidad, la sociedad está «muy materializada». Respecto a su jubilación, comenta que está en manos de Dios y no puso fecha a este día, de momento está a la espera.
