La primavera que acaba de finalizar ha sido la más seca de los últimos veinte años años. Las lluvias de los últimos diez meses un 67% menores de las esperadas. En lo que va de año, llevamos una media de 50 incendios al mes. Y en cambio, la Administración autonómica, que es quien tiene las competencias en la materia, se olvida de que los incendios se apagan en invierno con prevención y en verano con más medios para la extinción, en definitiva, con más presupuesto.

En la Comarca del Alto Palancia tenemos el privilegio de contar con dos parajes naturales, la Sierra de Espadán y la Sierra Calderona, dos de las principales reservas naturales de nuestra Comunidad. A pesar del alto valor ecológico, paisajístico e, incluso, turístico, de ambos parajes, su estado de conservación es lamentable. Es tan evidente el alto grado de riesgo de incendio y de expansión, que constituye una grave irresponsabilidad política la inacción y falta de inversión que nos ha conducido a la situación actual.

La descoordinación entre la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medioambiente con la de Gobernación y Justicia en esta materia es más que evidente. El conseller Serafín Castellano ha sido cesado antes de que se le queme el monte. Este cese ha servido para que las competencias en bandas de música y pelota valenciana hayan vuelto a la conselleria de la que nunca debieron salir. No se puede establecer competencias administrativas en función de aficiones personales. Esperemos que con el nuevo Conseller se imponga la cordura y en aras de la eficacia y la coordinación, las competencias en materia de extinción de incendios forestales vuelvan con las de prevención, a la Conselleria con competencias en medioambiente, de donde nunca debieron salir.

Pero esta reorganización administrativa no es suficiente. En el caso de las Sierras Espadán y Calderona han sufrido crueles recortes en medios materiales y personales. Como consecuencia de haber dejado a sólo tres técnicos para los dos Parques, después de haber despedido al 70% de los que había, los centros de interpretación tienen que cerrar los fines de semana. También se ha reducido el número y miembros de las brigadas que realizaban tareas de mantenimiento y prevención en el monte. Se ha unificado la gestión de la Sierra Espadán y la Calderona, pero mantienen los dos directores, como cargos de confianza política, lo que les permite nombrarlos a dedo, sin requisito alguno de cualificación técnica.

Pero donde la situación es más alarmante es en la Sierra Calderona, donde curiosamente el Presidente de su Junta Rectora es Rafael Calvo, alcalde de Segorbe y Tesorero del PP. Como ha reconocido la propia conselleria, no se fomentan los llamados «cortafuegos naturales», tan necesarios para evitar la propagación de grandes incendios. El año pasado se llegaron a reunir la mayoría de los alcaldes de la Sierra Calderona para exigir medios contra el fuego, ante la «indefensión» en la que se encontraban para responder a las tragedias forestales. Incluso pidieron la gestión de los fondos destinados a la prevención de incendios, para ganar en eficacia y creación de empleo. Es más, ante el escaso éxito de sus reivindicaciones y el peligro que se avecinaba, en junio del año pasado, 10 alcaldes (tanto del PP como del PSPV), amenazaron con ir a la Fiscalía si no se mejoraba la protección y prevención contra incendios. Y no les faltaba razón a estos alcaldes si recordamos lo acontecido en los incendios de Cortes de Pallás y Andilla de hace dos veranos.

Y mientras tanto, el Alcalde de Segorbe y Presidente de la Junta Rectora de la Sierra Calderona, ocupado en tramitar la desprotección de 1.600 hectáreas lindantes con el Parque Natural, justo en la zona donde casualmente tiene previsto construir el nuevo Polígono Industrial de El Cabezo, con una superficie inicial de 1 millón de metros cuadrados, que la tijera de la conselleria le ha obligado a rebajar a 540.000 metros cuadrados. Precisamente en la misma zona en la que la Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana, en sus Propuestas Estratégicas para la Infraestructura Verde en el Valle del Palancia, contempla un Corredor terrestre entre el Río Palancia y el Parque Natural de la Sierra Calderona («áreas que procuran la conectividad entre espacios de la Red Natura 2000, posibilitando la migración, la distribución geográfica y el intercambio genético entre poblaciones de especies de fauna y flora que son objeto de protección mediante su inclusión en esta Red»). Este es el modo en que el Presidente del Parque Natural defiende el valor ecológico de la Sierra Calderona. Menos mal que, según declaraciones del Secretario Autonómico en las Cortes, se trata de un nuevo cementerio industrial que, dada su inviabilidad económica, al menos de momento, no verá la luz. Quizás esta paralización, siquiera temporal, le permita ahora al Presidente del Parque dedicar más tiempo al mantenimiento del monte y a la prevención de incendios.