Serenatas y conferencias se unen a los conciertos que forman parte de la XXXI edición del Festival Internacional de Música de Morella, entre los que destaca la ópera del día 16 o la actuación en la misa del 15, día central de les Converses de Morella. También cuenta con actividades que contribuirán a dar a conocer la importancia del patrimonio de Morella, como el órgano situado en la Basílica Arciprestal, que es la pieza central y el origen de la organización de este festival, según explica la regidora de Cultura, Maria Rallo. En este sentido se ha optado por la incorporación de una pantalla y cámaras para poder ver al organista mientras toca el instrumento, que de otra manera no sería posible.

El certamen volverá a estar dirigido por el organista Ricardo Miravet, el mismo que se encarga del aspecto y cuidado actual del órgano y quien en 1987 restauró el instrumento, lo que le costó ocho años. Se trata de uno de los más grandes y en mejor estado de conservación de la antigua Corona de Aragón, fue construido en el año 1717 y posee tres cuerpos, con un total de 3.963 tubos sonoros.

El festival «ha tenido en sus tiempos un gran esplendor, con concertistas de toda Europa y una gran cantidad de espectadores de alrededor de España, pero la falta de subvenciones por la crisis y cuestiones políticas, cada vez se ha contado con menos recursos», es por ello que la regidora ha expresado el interés y trabajo del equipo de gobierno para «conseguir devolverle a este festival su esplendor y que cada vez más gente pueda deleitarse de su sonido».