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La población de águila cae al borde de la extinción en Castelló

GER-Ecologistas en Acción piden medidas al Consell ante la falta de alimento, la caza furtiva y los parques eólicos

El Grup d'Estudi i Protecció dels Rapinyaires - Ecologistes en Acció (GER-EA) pidió ayer a la Conselleria de Medio Ambiente que adopte medidas urgentes tras detectar durante 2014 «una importante disminución del éxito reproductor en el águila perdicera y águila real que nidifican en la provincia de Castelló que, junto con otros factores, hace peligrar el futuro de estas águilas en la provincia». Según los ecologistas, los desencadenantes son la falta de alimento, la caza furtiva, los tendidos eléctricos y ciertas actividades humanas junto a las zonas de nidificación.

La entidad ecologista recordó en primer lugar que el águila perdicera «está catalogada como en peligro de extinción en algunas zonas de la Unión Europea y como vulnerable para la Comunitat Valenciana, y es de obligado cumplimiento para los gobiernos establecer programas de protección de la especie y de las zonas que habitan». Los expertos de GER-EA subrayaron que el caso del águila perdicera es mucho más grave que el del águila real. «La población se encuentra en una situación muy delicada, ya que no hay recuperación del número de parejas. Aparece un goteo continuo de pérdida de territorios para la nidificación, siendo anecdótica la localización de una nueva pareja», explican los ornitólogos de la asociación. En la actualidad, en la provincia de Castelló apenas 24 parejas reproductoras censadas.

Los estudios de GER-EA indican que el caso más grave «es el de las parejas que intentan reproducirse en el sur provincial, concretamente en la Serra d'Espadà, Alt Millars y norte de la Serra Calderona, donde se une al fracaso reproductor del 72% un número muy bajo de pollos que llegan a volar (de 11 parejas sólo han volado 4 pollos en esta zona), aspecto directamente relacionado con la falta de alimento en el campo (conejos, palomas silvestres, perdices, lagartos, etc.)». Además, «las pocas parejas que han criado en la provincia sólo han podido sacar adelante 1 pollo o ninguno, cuando lo normal son 2 pollos por pareja y año».

En el caso del águila real, también ha decrecido la reproducción por la falta de alimento, la caza furtiva y el impacto de los parques eólicos en el espacio aéreo.

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