Al documental Five days to dance (Cinco días para bailar) le quedan apenas veinte días para participar en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que celebra su 62 edición del 19 al 27 de septiembre. El proyecto dirigido al alimón entre el realizador ilicitano Pepe Andreu y el periodista de les Alqueries (Castelló) Rafa Molés ha sido seleccionado para competir en la sección Zinemira junto con otros cinco trabajos, que aspiran al Premio Irizar de 20.000 euros.

Su presencia en esta sección del festival, dedicada al cine vasco, es posible gracias a la coproducción entre la empresa audiovisual valenciana SUICAfilms, creada entre ambos, y la vasca REC Grabateka, ya que buena parte de la película se rodó en San Sebastián.

«Estamos muy contentos. Es un puntazo estar en San Sebastián. Ya lo fue ir en mayo al DocsBarcelona -donde Five days to dance clausuró el certamen- pero este es el festival de cine más importante del país y uno de los mejores del mundo. En la vida hubiéramos pensado estar ahí», apuntan los directores, que creeb tener las mismas posibilidades de ganar que el resto de participantes, cuyos trabajos no han visto. «Por lo menos, público tendremos», bromea Molés, ya que los protagonistas son los estudiantes vascos de 3º y 4º de ESO del colegio Larramendi de San Sebastián, a quienes los coreógrafos Amaya Lubeigt y Wilfried Van Poppel lanzaron el reto de aprenderse una coreografía en cinco días y subirse a un escenario para bailarla.

Este es el eje central del documental, rodado también en Bremen (Alemania), que pretende mostrar el poder evocador y transformador de la danza en los adolescentes a través del programa que desde hace años desarrolla la pareja de coreógrafos por centros educativos de todo el mundo.

Los responsables de la película consideran que él interés que despierta este proyecto, rodado a lo largo de dos años desde que gestaron la idea hasta materializarla en 77 minutos de metraje, reside en dos aspectos básicos: «El primero es que sorprende que vas a ver una película donde se supone que la danza es lo prioritario y sin embargo pasa a ser un instrumento para mostrar la realidad social de los adolescentes, que desconocemos», indican, además de que refleja «cómo los chicos y las chicas copian los mismos roles establecidos de los adultos y con esta iniciativa se los cuestionan y se ofrece una enseñanza a través de otra forma de comunicación».

El proyecto logró el apoyo de la Universitat Jaume I de Castellón y de Capitalidad Europea de la Cultura Donostia/ San Sebastián 2016, aunque también requirió la ayuda de más de un centenar de aportaciones mediante crowdfunding, con las que se alcanzó la cifra de 139.000 euros.

También han colaborado en la película el compositor mallorquín Joan Valent, nominado a los Goya por la banda sonora de Las brujas de Zugarramurdi, autor de los temas de la coreografía final; el grupo castellonense Montefuji se ha encargado de la música original y la reconocida ilustradora de Vila-Real Paula Bonet ha diseñado el póster.

Exhibición en salas

Five days to dance continúa su circuito por festivales y ha sido seleccionado en varios certámenes internacionales, pero al mismo tiempo ha cerrado su distribución durante el mes de noviembre en cincuenta salas de cine españolas, además de Chile, Argentina y Colombia a través del ciclo El documental del mes. De momento, en la Comunidad Valenciana solo se podrá ver en Castellón, pero no se descarta alguna sala de Valencia y de Alicante o Elche.

La productora tiene en mente otros dos proyectos: uno sobre la desigualdad de la mujer en Japón y otro sobre un experimento nazi en Castellón. «Lo importante ahora es hacer el siguiente documental», concluyen.