Si un teatro comenzará tarde su temporada oficial este año ese será el Palau de les Arts que no estrenará su ejercicio lírico hasta primeros del mes de diciembre. Una fecha muy alejada de lo habitual en el mundo del espectáculo que suele levantar el telón a medidos de septiembre, como así ha sucedido en los principales teatros líricos españoles o del resto del mundo. Pero no es el caso de Les Arts sumido en una profunda crisis, tanto económica como de funcionamiento, y que acaba de poner fin a un ERE.

Aunque tiene programados antes otros espectáculos en sus salas la reposición de Los Miserables, el concierto de Pimpinela o el espectáculo juvenil Cantajuego en régimen de alquiler, la oferta pública llegará más tarde que nunca en este año en el que el coliseo valenciano celebra su noveno aniversario.

Con los equipos diezmados y la moral por levantar, Les Arts afronta una temporada complicada en la que se vislumbran cambios sustanciales.

Sin embargo, el verdadero problema está en la reconstrucción de un proyecto cuya realidad es sólo consecuencia de la injerencia política y ausencia de autonomía.