El francés Gael Monfils, contra todo pronóstico, venció ayer en tres sets al suizo Roger Federer, 6-1, 6-4, 6-3, e igualó así la final de la Copa Davis, después de que Stan Wawrinka diera a los helvéticos el primero punto tras derrotar a Jo-Wilfried Tsonga, 6-1, 3-6, 6-3, 6-2. Hoy se disputa el doble. Pase lo que pase, la final se decidirá mañana.

Duda hasta el último momento por los problemas de espalda que le impidieron el pasado domingo disputar la final del Masters de Londres, Federer apenas pudo atacar a un descarado Monfils, apoyado en un potente servicio y que encandiló a las más de 27.000 personas que abarrotaron el estadio Pierre Mauroy de Lille.

Fue el francés el que puso todo en la pista, los golpes ganadores y los fallos, ante un indolente suizo, desconocido, apático, a la defensiva, incapaz de marcar el tempo del duelo, que tuvo un dominador claro. La final ha despertado una gran expectación. Tanto que Francia arrebató a España (en La Cartuja en 2004) el récord de espectadores en un partido de tenis, al reunir en el estadio Pierre Mauroy de Lille a 27.432 personas.