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«Que digan en qué se han gastado el dinero»

Francisco Balaguer, de Nules, ha tenido que dar de baja el gas porque ya no puede con los gastos de la vivienda, cuyas ayudas aún no ha recibido

Otro afectado, otra historia y otra ilusión truncada por los despilfarros e impagos de la Generalitat Valenciana. Francisco Balaguer, de 36 años y vecino de Nules, se suma a la lista de afectados que aún no han cobrado la subvención que le fue aprobada en su día para el acceso a la vivienda.

Kiko, como le llaman sus allegados, recuerda todas las exigencias que tuvo que cumplir para poder acogerse al plan de Viviendas de Protección Oficial y que, ahora, no le han servido de nada. «Tuve que dar de alta la luz, el agua, venir a vivir al piso para que me aprobaran la subvención y ahora me encuentro con que la administración no cumple con su parte del contrato. Es más, me obligaron a dar de alta el gas, cuando no es obligatorio, y ahora me he visto con la obligación de darlo de baja porque ya no puedo pagarlo. Para lavarme me caliento el agua en un cazo», narra el nulense con la voz entrecortada.

Francisco reprocha a la administración que convocara unas ayudas si sabía que no tenía dinero aunque, en su opinión, «el dinero estaba pero se lo han gastado en otros menesteres. Que nos digan a dónde ha ido a parar la partida presupuestaria de ayuda a la vivienda», exige el afectado. El nulense tacha al gobierno de Alberto Fabra de «engañarles» y «estafarles». «Ya no confío en nada. No sé si lo que dicen es verdad y su intención es pagarnos o simplemente se quieren hacer una buena campaña de cara a la elecciones a nuestra costa», añade Francisco. Como el resto de afectados, Balaguer ya ha entregado toda la documentación habida y por haber para evitar que el compromiso de pago del Consell prescriba. Además, reseña que hace dos meses, aproximadamente, le llamaron para pedirle los datos bancarios pero que, aún hoy, no ha recibido ningún ingreso, pese a que la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, asegura que se ha procedido al reintegro de 2,7 millones de euros. Con todo, la vida sigue para Francisco quien, dice, seguirá pagando conforme pueda.

Resignación

«En unos meses se me acaba el paro y ya me ha tocado pedirle dinero a mi madre y mi hermana para poder pagar los impuestos. Estamos en una situación parecida a la persona que compra lotería y dice que le va a tocar, y nunca le toca», añade. Y pese a todo, Francisco se siente afortunado. «Aún tengo donde vivir y comida. Mejor o peor pero seguiremos adelante», concluye.

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