El Hospital Provincial de Castelló ha abierto un nuevo campo de investigación a través de la elaboración de una tesis de uno de sus logopedas, Carles Vidal, que pretende tratar la apnea del sueño cuando aún está en fase leve o moderada y no presenta sintomatología muy importante. Hasta ahora, la primera elección del tratamiento, por ser el más efectivo, es el CPAP (dispositivo de presión continua nocturna).

Con este proyecto pionero se pretende ofrecer un tratamiento alternativo opcional para casos leves y coadyuvante en el resto de situaciones. El trabajo de investigación contempla dos tratamientos desde el punto de vista de la logopedia y la comparación de los resultados de ambas técnicas. Se intenta valorar y tratar diversas causas que pueden provocar el cierre de la vía aérea.

El primer tratamiento tiene como objetivo mejorar la permeabilidad de la orofaringe mediante la combinación de varias técnicas. La primera de ellas, tal como explica Vidal, es el uso de un dilatador nasal para mejorar la entrada del aire. La segunda acción terapéutica es el cambio en la posición de la cabeza. La tercera consiste en el cierre labial y el avance de la mandíbula y la lengua mediante el uso de diferentes dispositivos intraorales «que contrarresta el cierre de la vía orofaríngea», añade Vidal.

El logopeda explica que estas herramientas «nos permiten mantener la vía aérea más permeable a varios niveles, el dilatador nasal lo que va permitir es la obertura de los orificios nasales y asegurarnos que va a entrar mejor el aire por la nariz, a ello se suma el dispositivo oral que lo que va a hacer es, por un lado, cerrar la vía oral para que el paciente no respire por la boca y disminuir o evitar así la aparición de ronquidos».

En relación al cambio postural, Vidal señala que se ha demostrado que una ligera hiperextensión cervical ayuda a mantener la orofaringe abierta. «Por lo tanto, modificar la posición cervical, en la medida de lo posible, y teniendo en cuenta la posición habitual del paciente durante la noche es lo que acaba de hacer que la vía aérea se mantenga abierta. Con la combinación de las tres cosas mejoramos el paso del aire a través de la vía aérea superior», añade el logopeda. «Estos pacientes, cuando duermen, relajan la mandíbula, dejan la boca abierta, y la mandíbula y la lengua caen hacia atrás, eso es lo que produce el colapso. Con este tratamiento lo que conseguimos es que cierre la boca, que se avance la mandíbula y la lengua se mantenga en posición adelantada», explica Vidal.

La segunda opción terapéutica tiene relación con la deficiente tonificación de la musculatura de la lengua y la orofaringe, «el ejercicio provocaría una mayor tonicidad de la musculatura implicada, ya que en los casos de apnea del sueño, la musculatura de la vía aérea superior pierde el tono muscular y al estar más hipotónica se relaja y se colapsa por la noche», apostilla el logopeda. Mantener una correcto tono muscular puede ayudar a luchar contra el cierre de la vía aérea superior.

Fase experimental

Actualmente hay 15 pacientes en fase experimental utilizando el dilatador nasal y el cierre labial, combinados con el cambio postural, y a principios de año se empezará a aplicar los ejercicios musculares en otros quince pacientes. Los pacientes deberán mantener su estilo de vida para comprobar que los cambios, si se producen, se deben a esta técnica. «Con la tesis queremos probar las dos técnicas y comparar los beneficios de cada una de ellas. En la que estamos aplicando ya hemos tenido buenos resultados», apunta.

Pese a que es una enfermedad crónica, el logopeda apunta que estos tratamientos «pueden reducir el número de apneas nocturnas y retrasaría el uso de otros tratamientos como el CPAP. La tesis contempla criterios excluyentes que solo permite la aplicación de las técnicas a pacientes cuya sintomatología sea leve o moderada y tengan una configuración bucal apta para el uso del dispositivo intraoral. La terapia también irá dirigida a aquellos casos más graves que no toleren el CPAP.

La Fundación del Consorcio Provincial de Castelló colaborará económicamente en este proyecto de investigación al facilitar el instrumental necesario de manera gratuita durante todo el proceso. Todos los pacientes serán sometidos a una polisomnografía nocturna y, en función de la sintomatología y el número de apneas, se decidirá la orientación terapéutica.

Las neurofisiólogas del Hospital, Raquel Salas e Isabel Bravo, explican que el Síndrome de Apneas-Hipopneas del Sueño (SAHS) es una alternación común que afecta tanto a niños como a adultos y que está considerada como un problema de salud pública de primera magnitud. Se caracteriza por la obstrucción total o parcial durante el sueño de las vías aéreas superiores con periodos en los que la persona se deja de respirar.

Se trata de un enfermedad muy prevalente en la población (se calcula que entre el 3 y 6 por ciento de la población sufre síntomas) y puede afectar al deterioro de la calidad de vida, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares e incluso accidentes de tráfico. Uno de los síntomas es somnolencia diurna, además de ronquidos.

La tesis doctoral de Carles Vidal, que ya ha sido aprobada por el Comité de Ética para la Investigación Clínica (CEIC), supondrá, además, abrir el campo de actuación de la logopedia. «Estamos hablando de la musculatura orofacial y faríngea con la que habitualmente trabaja la logopedia en diferentes alteraciones del habla y la deglución. Es cierto que la logopedia, como disciplina, no incluía en su cartera de servicios la apnea pero, a tenor de lo explicado, no es extraño pensar en esta posibilidad», asegura el logopeda.

Unidad del Sueño

«La apnea es el cese completo del paso de aire de al menos 10 segundos por el cierre de la vía aérea durante el sueño», explica la neurofisióloga Raquel Salas, quien agrega que el tratamiento más frecuente de este trastorno del sueño es la colocación del CPAP, «un aparato que a través de una mascarilla proporciona presión positiva continua sobre la vía aérea e impide el colapso de la orofaringe».

La roncopatía, pausas respiratorias y somnolencia diurna son los síntomas de esta enfermedad, que se confirma con la polisomnografía nocturna, una prueba que se le realiza al paciente mientras duerme durante una noche en el hospital. «El paciente está totalmente monitorizado, de forma que podemos evaluar la cantidad y calidad del sueño, así como la identificación de los diferentes eventos respiratorios y su repercusión cardiorrespiratoria y neurofisiológica», explica otra de las neurofisiólogas del centro, Isabel Bravo.

Los casos de roncadores simples y apneas leves son derivados al Servicio de Rehabilitación que dirige el doctor Cuello, quien tras su valoración clínica remitirá a los pacientes a la Unidad de Logopedia. El doctor Cuello y el logopeda Carles Vidal realizan la valoración de la permeabilidad de la vía rino-oro-faringe para la adaptación de los dispositivos.