Emprender con tinta y papel
Dos dibujantes de cómic castellonenses optan por la autopublicación ante el desinterés de las editoriales Javi Pauner y Dani Hellez se financian para acceder al mercado sin perder la libertad de creación

Javi Pauner y Dani Hellez durante una entrevista. / Rosana Ayza
marina valverde castelló
Se conocían como tebeos e inundaban los quioscos y las librerías. En los escaparates, el Capitán Trueno derrotaba a sus enemigos con la ayuda de Goliath y Crispín, mientras que la pecosa Esther competía con su archienemiga Doreen por la atención de Juanito. Tres décadas después, los cómics, historietas gráficas, quedan casi relegados a las librerías especializadas o a un pequeño rincón de las tiendas convencionales. También tienen su espacio en los baúles de aquellos nostálgicos y en publicaciones especializadas como Charly Hebdo, que ha copado la actualidad informativa estas semanas por el atentando yihadista contra sus dibujantes.
Según el informe del Ministerio de Educación sobre la lectura de cómics en España de 2010, en los últimos años ha disminuido tanto el número de títulos como el de ejemplares. Durante el año de publicación del informe, su publicación bajó un 17% y un 11,7% respectivamente y dio como resultado 1.514 títulos y 13.391 ejemplares. Desde Norma Cómics, la editorial de origen catalán fundada en 1977 y actualmente con presencia en toda España, admiten que la época de auge del cómic español ha quedado en el pasado. Ahora el protagonismo es del manga japonés y el cómic americano. «Los superhéroes de Marvel nunca pasan de moda», recalcan desde la empresa editorial.
Pese a ello, desde Norma Cómics resaltan las grandes diferencias entre el cómic europeo y el manga japonés y los cómics americanos. En éstos últimos predominan la fantasía y la ciencia ficción. En sus páginas se dan cita aventureros y héroes con súper poderes. Además, los cómics americanos y japoneses están dirigidos a todo tipo de público mientras que el cómic español está enfocado al lector adulto. «Los cómics para niños, como el clásico Mortadelo y Filemón, ya no se venden», lamentan. La razón es que el cómic europeo, especialmente el español, camufla entre viñetas y trazos de rotulador tendencias sociales, críticas políticas y fenómenos cotidianos. Trata realidades y ya no se trata solo de entretenimiento, sino de reivindicaciones sociales y artísticas.
Curiosamente, estas temáticas son más solicitadas en el extranjero que aquí, corroboran dos dibujantes de cómic castellonenses, Javi Pauner y Dani Hellez. «El cómic español está muy bien visto en el extranjero. Es más, los autores españoles triunfan más fuera de nuestras fronteras. De hecho, en Estados Unidos y Latinoamérica no dejan de contratar españoles porque tienen un estilo muy diferenciado al del resto del mundo».
Norma Cómics edita más de 300 títulos al año y tiene una tirada de alrededor de dos millones de ejemplares. La mayoría de estos títulos son manga. «El manga es lo que más se vende. Además, lo compran tanto niños como adultos». Aunque la editorial afirma que prioriza la edición del cómic europeo, se trata sobre todo de historietas de origen francés.
Los autores españoles tienen más dificultades para ganarse la atención de las editoriales. Hellez y Pauner señalan que la tendencia actual en las editoriales es esperar a que el autor logre el éxito por él mismo antes de publicar sus trabajos. Por esa razón, muchos autores españoles publican primero para editoriales extranjeras, sobre todo francesas, y solo cuando cuentan con el reconocimiento del sector los buscan las editoriales españolas.
Ante la falta de interés de las editoriales, Hellez y Pauner han optado por emprender en solitario su propia aventura en el mundo de la historieta gráfica. Hace dos años se unieron para crear Chupacabras of the Unknown, un cómic humorístico basado en la ciencia ficción. Desde entonces, son ellos mismos quienes dibujan las viñetas, idean y redactan los guiones, al tiempo que promocionan y distribuyen su producto. Utilizan el portal de venta online BigCartel para distribuir sus trabajos y acuden a todos los salones y ferias que pueden. Además, suelen dejar algunos ejemplares en las tiendas, que se quedan con el 20 por ciento del dinero recaudado con las ventas. Desde Norma Cómics confirman esta tendencia: «Los autores independientes no suelen vender en las librerías. Van a salones del cómic y comercian entre ellos».
Lo más importante para sacar adelante una publicación sin la ayuda de editoriales profesionales es «no dejar de moverse», asegura Pauner. Hellez lo confirma: «Tienes que conseguir que te conozcan». En el mundo del cómic los contactos son lo más importante. Por eso es recomendable establecer alianzas con autores afines y ayudarse los unos a los otros dando a conocer las publicaciones autoeditadas. Tampoco hay que dejar de lado las preferencias del público. Por esta razón, hay que realizar un constante estudio del mercado y saber qué es lo que la gente busca en cada momento. Los dibujantes de Chupacabras of the Unknown admiten que a veces hay que adaptarse. Ambos reconocen que la mayor dificultad con la que se han encontrado es la falta de medios para realizar un trabajo. Mientras que una editorial puede invertir lo suficiente para realizar pruebas previas y asegurarse un buen resultado, Pauner y Hellez reconocen que, antes de sacar un producto, deben estar seguros al cien por cien de que la tirada saldrá tal y como ellos desean, pues el mínimo error supondría la pérdida de todos los ejemplares de la edición. «Aun así, a veces hay errores de imprenta que no podemos controlar y algunos ejemplares acaban siendo inservibles», señalan.
La libertad de crear
A pesar de todo, Pauner y Hellez vislumbran más ventajas que inconvenientes en la autoedición. «Tienes libertad para hacer lo que quieras», confirman. «No pagas a distribuidores ni a maquetadores porque te lo cueces tú todo».
La tecnología es un aliado de «los dibujantes independientes. "Hoy en día solo hay que tener una buena idea y comunicársela a la gente», afirman pensando en recursos como el crowdfunding, que promueve la inversión conjunta. Están satisfechos con los resultados logrados en estos dos años. Las ventas les han permitido recuperar su inversión inicial, aunque son conscientes de que no pueden vivir de lo ganado con el cómic.
Hellez y Pauner concluyen que quienes opten por la autoedición deben ser muy conscientes de que no van a tener grandes ganancias. «Para nosotros es más importante el arte, lo que no ocurre en las editoriales». Son conscientes de que las editoriales no tienen fe en el autor español, sólo buscan el best-seller. Por ello, los dibujantes independientes luchan contra esta tendencia. «Queremos hacer lo que nos gusta, por mucho que nos cueste», defienden.
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