El PP de Castelló ha vuelto a emerger como una isla en medio de la campaña secesionista que la Generalitat y sus correligionarios valencianos promueven a los pocos meses de las elecciones autonómicas en el tema lingüístico. El alcalde de Castelló, Alfonso Bataller, estrena una nueva aula de interpretación de Les Normes de Castelló de 1932, que consagran la unidad del valenciano y el catalán respetándose las particularidades de cada territorio.

Bataller ya puso en un brete en septiembre el discurso segregacionista del Consell con el nombramiento de hijo predilecto de la ciudad de Germà Colón, uno de los principales referentes de las posiciones unionistas.

En la inauguración de la exposición del Aula de Interpretación de Les Normes del 32, el alcalde sostuvo que la Comunitat Valenciana comparte el mismo tronco lingüístico que Catalunya y Les Illes Balears y ensalzó la importancia de les Normes de Castelló. El primer edil estuvo acompañado por los concejales Miguel Ángel Mulet y Vicent Sales, en un acto que contó con la presencia del presidente de la Academia Valenciana de la Llengua, Ramón Ferrer.

La actuación municipal cuestiona la línea de flotación del Consell en cuestiones de identidad. Mientras Castelló reafirma la unidad lingüística, el Gobierno valenciano premia a la Real Academia Valenciana de la Lengua (RACV), aprueba una nueva Ley de Señas de Identidad en la que excluye a la Acadèmia Valenciana de la Llengua, la principal entidad estatutaria en esta materia, y el grupo popular en las Corts presenta una moción que defiende que el valenciano fue introducido por la cultura íbera, antes de la llegada del latín.

Dirigentes del PP valenciano también han criticado el nuevo «diccionari» de la AVL, mientras el Consell avivó recientemente el mensaje anticatalanista enviando una carta al Govern de Artur Mas en la que le pedía un respeto a las señas propias.

Castelló siempre ha estado al margen de esta polémica. Su población habla mayoritariamente valenciano, a diferencia de Valencia y del litoral de Alicante, y se ha desmarcado de los debates promovidos por el movimiento conocido como «blaverista». Las posiciones del PP valenciano en Castelló son marginales y las contadas excepciones, incluso, eluden manifestar su opinión públicamente. Es el caso del concejal Gonzalo Romero, que se incorporó a la candidatura popular en 2007 procedente de la asociación secesionista de Cardona Vives, y que desde entonces se ha limitado a gestionar el área que se le ha encomendado: Medio Ambiente.

El aula de interpretación de les Normes de Castelló no es la única iniciativa del ayuntamiento en favor de una tesis que el PP valenciano tilda de «catalanista». En la antigua Casa Matutano, donde se firmó el compendio ortográfico, se ubica el museo municipal de etnografía, mientras el consistorio impulsó la declaración de Les Normes como BIC.

El alcalde, ademas, preside la Fundació Huguet de Castelló, una institución que trabaja por la difusión de la cultura y la lengua valenciana de acuerdo con las normas del 32. Esta institución entrega cada año los galardones de «Valencians de l'Any» y entre los premiados se encuentran Raimon, Al Tall, Escola Valenciana e Isabel-Clara Simó. La escritora se sorprendió que se le entregara un premio en un ayuntamiento gobernado por el PP.