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Vila-real escucha a los comerciantes y retrasa a verano el grueso del derribo de los juzgados

Los trabajos en el interior del edificio sí comenzarán este mes como estaba planeado con la adjudicataria

Vila-real escucha a los comerciantes y retrasa a verano el grueso del derribo de los juzgados

El cuatripartito de Vila-real tomó ayer en la junta de coordinación semanal la decisión de aplazar hasta el verano el grueso de los trabajos de derribo de los antiguos juzgados de la localidad atendiendo así la petición de una parte del colectivo de comerciantes de la zona centro que temía que los trabajos, en pleno centro, afectasen a las ventas.

Como en un principio estaba marcado en el calendario municipal, las actuaciones comenzarán el próximo 9 de marzo pero serán obras «menores y preparatorias» principalmente en el interior del edificio para avanzar el proyecto y dejar el grueso de los trabajos y las actuaciones de mayor envergadura, como la demolición propiamente dicha de las viejas dependencias judiciales y la construcción de una plaza provisional, para el periodo que va de entre el 15 de junio y el 15 de agosto, cuando se procederá a eliminar la estructura y las vigas del edificio.

No obstante, los plazos que maneja el consistorio prevén que la nueva plaza sea una realidad para las próximas fiestas patronales de septiembre. Esta primera fase del plan de remodelación del Mercado Central asciende a una inversión en torno a los 300.000 euros y será ejecutada por la empresa castellonense ADC.

El alcalde de la ciudad, José Benlloch, insistió en que la decisión «asegurará las condiciones de salubridad y seguridad del inmueble» sin menoscabar los intereses de los comerciantes del centro que temían que los trabajos «perjudicasen» sus ventas de cara a festividades como Semana Santa o las fiestas de Sant Pasqual después de unos meses no especialmente boyantes.

Con todo, la intervención en el edificio no se podía postergar en su totalidad ya que se ha detectado aluminosis en algunas partes e, incluso, ratas y problemas de salubridad, de ahí que la opción tomada tras conocer el interés de parte de los comerciantes es realizarla en dos fases. De esta forma y según explicó ayer el alcalde, «prácticamente, no se interferirá en la actividad comercial de la zona» y recalcó que el arquitecto municipal y los técnicos de la empresa adjudicataria de la plica avalan la decisión de retrasar el derribo.

Por otra parte, el munícipe recordó que «la línea de diálogo y la participación ciudadana es diaria y no solo cuando los vecinos nos plantean propuestas», dijo.

Esteve Ayet, propietario de uno de los establecimientos de la plaza Colón, aseguró que habían recibido el anuncio con alegría: «estamos contentos con la decisión y pensamos que es lo más lógico», dijo. En caso de que no se demoraran las obras, los comerciantes llegaron a pedir medidas compensatorias para afrontar «unos meses en los que podemos sacar beneficio de nuestro trabajo», apuntaron.

En cuanto a los vendedores del Mercado Central, cabe recordar que el equipo de gobierno ya tiene consensuado con ellos el emplazamiento alternativo mientras duren las obras de la segunda fase, aunque esto todavía está por venir ya que, al tratarse de una zona del casco histórico de la ciudad y colindante a la iglesia Arciprestal -declarada Bien de Interés Cultural-, el ayuntamiento ha de recibir el beneplácito de la Generalitat al plan de reforma interior que ordenaría estas obras. Además, Benlloch ya comentó que actualmente las arcas municipales no pueden asumir dicha remodelación.

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