«Venimos de Vila-real a celebrar mi cumpleaños y vamos a hacernos un chuletón», afirmaba a las once y media de la noche del viernes un joven vila-realense. Las fiestas de la Magdalena arrancaron ayer oficialmente, pero muchos castellonenses adelantaron la bienvenida en la cita nocturna previa.

Locales de collas y bares de los entornos del Instituto Ribalta, María Agustina y Santa Clara acogieron en la citada noche un sinfín de cenas y encuentros de amigos. Fue la primera cita de la Magdalena. Las bromas, el «humor amprenyoaret» y el «caloret» coparon la velada.

La colla Bakalao y la asociación cultural de los Moros d'Alqueria organizaron dos de las verbenas más multitudinarias. La primera programó en sus locales un concierto de los Makis que, a ritmo de sevillanas y rumbas deleitaron a los socios de la agrupación.

La sede de los Moros d'Alqueria en la calle Fola se erigió en punto de encuentro con un concierto popular que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. La comitiva moruna desfiló primero, a los sones de marchas moras y pasodobles, desde el Hotel Intur a su sede social, donde fue recibida por un río de gente que se agolpaba en la calle a la espera del inicio del concierto.

Los integrantes de la Colla Tabalà han convertido el cumpleaños de uno de sus miembros, Alejandro, en toda una tradición para disfrutar juntos del primer sábado de Magdalena. «Un año mi cumpleaños coincidió justo con el primer sábado de Magdalena y decidimos celebrarlo todos juntos con un almuerzo y una pequeña fiesta», explica Alejandro. Desde entonces, coincida o no con su cumpleaños, cada primer sábado de Magdalena los miembros de la colla se reúnen para disfrutar del arranque festero.