Teatro y calle, cultura y fiesta popular. Son los dos binomios que marcan la filosofía del Magdalena Circus, que ayer abrió su XVIII edición con una afluencia masiva de público y demostrando que esta fusión de corte magdalenero sí es posible.

El internacional payaso Toti Toronell fue este año el maestro de ceremonias y retornó al Festival Internacional de Circ al Carrer en el que hace 15 años comenzó a consagrarse como un artista prometedor. Para Toronell, Magdalena Circus se erige como una oportunidad de acercar al público castellonense un teatro que no se busca y que los viandantes simplemente se encuentran cuando pasean por la ciudad.

Y esta máxima volvió a cumplirse ayer en la plaza Huerto Sogueros de la capital de la Plana, aunque la tradición y fama del festival es tal que son muchas las familias que se apostaron en la plaza con antelación para lograr un asiento en uno de los espectáculos más esperados de la semana de fiestas fundacionales

Con todo, la visión inicial del creador del festival y director de Xarxa Teatre, Nel·lo Vilanova, se sigue manteniendo intacta. «Este festival nació en primer lugar con ánimo de ofrecer un circo contemporáneo que en su momento era diferente de los circos que visitaban la ciudad, y completar una programación infantil de fiestas que era insuficiente, basada únicamente en castillos hinchables. Y aquí la idea era unir y que sean compatibles la cultura y el teatro con las fiestas populares, demostrando que la Magdalena puede ser más que sólo alcohol y petardos, y que pueden haber muchas propuestas para todo el público y que acerquen la cultura a gente que a lo mejor normalmente no va al teatro, pero que aquí sí trae a sus hijos para ver la actuación».

A juicio de Vilanova, esta fusión es precisamente una de las grandezas de un festival que se caracteriza por reunir a artistas de alto nivel habituados a actuar en entornos en escenarios de calle, donde la falta de la intimidad del silencio se sustituye por una empatía casi mágica con el sonido arrítmico de los petardos como telón de fondo.

Trapecio, payasos, malabares, telas aéreas, «hula hoop» y un sentido del humor para olfatos despierto son algunas de las notas musicales de la melodía con la que el Magdalena Circus inundará hasta el miércoles la plaza Huerto Sogueros.

Destaca en el programa la presencia de Marcel Gros como uno de los payasos referentes en el escenario nacional e internacional, y es que no en vano la presencia de la figura del payaso es una de las apuestas personales de los organizadores, que lo consideran un elemento clave para un festival en el contexto magdalenero.

Dieciocho años han transcurrido desde que en 1998 el Magdalena Circus iniciara su andadura en la plaza Santa Clara, pero el paso del tiempo no ha hecho más que consolidar esta propuesta como un clásico de la Magalena.