El alcalde de Vila-real, José Benlloch, pidió ayer diligencia a la diputación provincial para actuar ya y prevenir las temidas plagas de mosquitos como las que el pasado verano y principios de otoño generaron tantos problemas tanto en el municipio como en otros de la Plana. Benlloch instó a la diputación, a quien calificó de ser «tremendamente irresponsable», a que actúe ya para evitar estas plagas. En esta línea, denunció que desde el pasado seis de noviembre, cuando el ente provincial convocó a algunos municipios a una reunión, «no se ha hecho nada y ni siquiera nos han vuelto a informar», lamentó.

A nivel municipal, el alcalde señaló que ya están trabajando en una campaña informativa para lanzar a partir del próximo mes y en la que se difundan consejos divulgativos para los vecinos. En cualquier caso, el munícipe indicó que los ayuntamientos «no podemos atajar solos el problema».

El primer edil enumeró varios de los puntos concretos que hacen que el problema de los mosquitos se agrave en la ciudad convirtiéndolo en un caso, incluso, «que afecta a la salud pública», dijo.

En primer lugar, se encuentra el paraje natural del Millars, un entorno en el que Benlloch recordó que el consistorio no tiene competencias para actuar. El Consorcio del Riu Millars y la Generalitat Valenciana, ejerciendo tareas de supervisión, son los órganos competentes. Cerca de esta zona, se encuentra el PAI Madrigal, un espacio lleno de viviendas residenciales para verano y en el que se concentran buena parte de estos insectos. Finalmente, los solares abandonados son otro de los problemas.

Benlloch cifró en cerca de 35.000 euros la cuantía que de media invierte el consistorio cada año aunque matizó que el año pasado se contrató una empresa a través de concurso público, por lo que la cantidad rondó los 40.000 euros.

En este contexto, el alcalde recordó que en la Acequia Mayor, con el beneplácito del sindicato de regantes, se fumiga cada año «y se continuará haciendo», dijo. Sobre el acuerdo pendiente con el Sindicato de Riegos para que el consistorio asuma la limpieza y el mantenimiento de todo el tramo urbano de la acequia, el alcalde aseguró que está «muy avanzado» Con todo, y tal como adelantó en su día Benlloch, la firma se dejará para después de las elecciones..

No obstante, ayer el alcalde de la ciudad, José Benlloch, también avanzó que, en el marco del mismo acuerdo y en aras de cuidar el patrimonio rural, se está estudiando la posibilidad de acometer una obra, que tildó de «importante» y para la que habría que buscar algún fondo de financiación. Benlloch explicó que se trataría de reforzar la parte del antiguo canal de agua que va desde el Molí Roqueta hasta el Riu Sec Anna, un tramo protegido y que «no podemos cambiar pero sí mejorar y asegurarlo para evitar que se desprenda», indicó el primer edil.

Otro de los escollos pendientes del convenio con los regantes es la tasa que se quiere implantar a las empresas que vierten sus aguas pluviales en la acequia. En este sentido, el munícipe explicó que el problema está en la dificultad de cobrar una tasa municipal sobre algo que no es propiedad del ayuntamiento, aunque también dijo que dado que el sindicato de riegos no es un ente puramente privado sí que cabría alguna posibilidad.

La tasa serviría para cubrir la amortización de las obras. Unas obras que prevé que puedan convertirse en un «atractivo de futuro» y que calificó de «útiles» en tanto y cuanto permitirían desaguar al río. Además, las actuaciones también pasan por arreglar tramos de la zona urbana.