El Ayuntamiento de Almassora instaló ayer los primeros leds en las farolas de la Vila para probar la calidad de la luz antes de sacar a concurso público el cambio del sistema de alumbrado. La sustitución de los 200 puntos de luz de sodio por focos de bajo consumo supondrá una inversión de 150.000 euros, por lo que los técnicos municipales quieren cerciorarse de que el resultado será óptimo.
Las primeras pruebas arrancaron en la tarde de ayer en la calle San Vicente, entre el edificio de Ca la Vila y la sede de las Amas de Casa de Almassora. La intención es verificar si la potencia y la distancia entre las farolas es suficiente para alumbrar una de las calles más anchas del casco antiguo. Posteriormente, los técnicos trasladarán los focos de led a alguna de las callejuelas perpendiculares para comprobar también los resultados en espacios más pequeños.
Las nuevas bombillas estarán en funcionamiento varias noches para que los técnicos y los propios vecinos verifiquen unos resultados sobre los que el alcalde, Vicente Casanova, mantiene sus dudas iniciales. El primer edil insistió ayer en que la luz led, pese al ahorro energético que supone, arrastra el contratiempo de la focalidad. «Es una luz muy dirigida y queremos comprobar si se crean muchas sombras, por lo que haremos pruebas en los puntos más desfavorables antes de cambiar las 200 farolas de la Vila», declaró.
Una vez decidido el modelo de lámpara más idóneo para la Vila, el equipo de gobierno diseñará las condiciones técnicas específicas y emitirá el expediente de contratación para que las empresas puedan presentar sus ofertas. A pesar de que la corporación aprobó la partida de 150.000 euros para la nueva iluminación el mes pasado, la modificación no ha entrado en vigor hasta esta semana, tal como recordó ayer el alcalde en rueda de prensa.
Los operarios también realizarán evaluaciones de intensidad durante esta fase. Cabe recordar que el nuevo sistema permite modificar la potencia, y por tanto el consumo, en función de las necesidades puntuales de servicio a través de un panel de control informático.
La sustitución del alumbrado por un sistema más eficiente forma parte del Plan Especial de la Vila que prevé soterrar el cableado, mejorar la red de alcantarillado y unificar a estética de las fachadas, entre otros aspectos. El casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El proyecto integral cuenta con un presupuesto de 250.000 euros que será sometido a la evaluación de los residentes a través de cuestionarios previos a la actuación definitiva.
