El anfitrión no redujo su apuesta ofensiva después del tanto de su capitán, aunque nunca pudo relajarse ante el acoso visitante en los minutos finales. La defensa y Kiko Casilla estuvieron sólidos y sin lagunas. Los de Ernesto Valverde echaron de menos a Aduriz, su referencia habitual arriba.

Al principio del encuentro, el Athletic exhibió un juego más combinativo. El Espanyol también mostraba un fútbol rápido, con buenos detalles de Sergio García. De todos modos, apenas hubo ocasiones de gol claras en los primeros compases. Los dos conjuntos carecía de precisión en el último pase.

Después de varios minutos de mérito, el premio le llegó en el 37. Mikel Rico, como excepción a un gran partido, perdió un balón en la medular. Víctor Álvarez asistió a Sergio García, eléctrico, que marcó con un disparo picado.