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La suerte no acompaña a los centrales

La fractura de peroné cierra una lista de problemas en la retaguardia del Villarreal que han impedido que Marcelino haya contado con sus cuatro zagueros en condiciones al mismo tiempo Ante el Córdoba, sólo Víctor Ruiz y Dorado podrán jugar

La suerte no acompaña a los centrales

No ha tenido demasiada suerte el Villarreal con sus centrales esta temporada. Por una razón o por otra, Marcelino García se ha tenido que enfrentar, a lo largo de la actual campaña, a bajas en esta zona que han mermado el potencial del equipo. Esto se evidenciará, a corto plazo, este fin de semana contra el Córdoba. El técnico amarillo se ha quedado sin Mateo Musacchio que, tras su fractura de peroné, se enfrenta a unos seis meses de recuperación. Además, no podrá contar con Eric Bailly. El marfileño no podrá disputar el encuentro ante los andaluces por acumulación de tarjetas con lo que el técnico andaluz tendrá que jugar por obligación con Dorado y Víctor Ruiz, aunque ninguno de los dos atraviesa su mejor momento de la temporada.

Pero, si se mira más allá, al largo plazo, se le presenta un verano difícil al Villarreal. Musacchio no estará en condiciones de volver a jugar hasta octubre, por lo menos. Hasta la fecha, Chechu Dorado no ha recibido oferta de renovación y su contrato con el submarino expira el 30 de junio. Además, Victor Ruiz regresará al Valencia tras su cesión, y dependerá mucho de cómo rinda en esta recta final para que el equipo amarillo trate de retenerlo. Con este panorama, el único hombre que con seguridad arrancará la próxima campaña en condiciones de competir con el equipo castellonense será Eric Bailly. Por eso, a la secretaría técnica del Villarreal, se le presenta un verano de mucho trabajo para que la plantilla cuente con al menos cuatro centrales de garantías para comenzar la nueva temporada.

Una posición que, además, no ha tenido especial fortuna en estos meses de competición. En el arranque de la campaña, Marcelino ya no pudo contar con Musacchio y Dorado. El argentino, a finales de septiembre, sufrió una elongación de grado I-II en el tercio proximal del bíceps femoral derecho que, con recaída incluida, le dejó fuera de combate principios de este año. En el caso del cordobés, que empezó la campaña lesionado, una recaída en su vuelta contra el Almería le mantuvo fuera de combate hasta el mes de noviembre.

A la fuerza, Marcelino se vio forzado a apostar por la pareja de Víctor Ruiz y Gabriel Paulista para proteger la portería de Sergio Asenjo. Esta continuidad permitió que ambos jugadores mostraran su mejor versión. Esto se percibió sobre todo en el caso del brasileño que, ante el gran nivel mostrado, recibió la llamada del Arsenal londinense.

Bailly por Gabriel

La economía manda y una oferta cercana a los 20 millones de euros es complicado rechazarla. Por eso el Villarreal aceptó la marcha del jugador de Sao Paulo. Por fortuna para Marcelino, la baja la suplió el regreso de Musacchio que se convirtió en la pareja de Víctor Ruiz. Pero, ante la exigencia de competir en tres torneos al mismo tiempo (Liga, Copa del Rey y Europa League), era necesario contar con un cuarto central. La llegada de Bailly alivió de minutos a Ruiz y Musacchio. Dorado, cuarta opción, también ayudó.

Pero la lesión muscular de Víctor Ruiz ha devuelto a un central por debajo del nivel mostrado hasta la fecha. Además, ahora sin Musacchio, Bailly afronta una responsabilidad excesiva para un jugador de 20 años, mientras que Dorado ha demostrado, en las últimas semanas, que está lejos de su mejor nivel. Un momento delicado en defensa para el Villarreal en esta recta final de la competición liguera que debe buscar como afrontarlos.

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