El Córdoba se encuentra diez puntos de la salvación a falta de 21 puntos por disputarse. Además, sólo ha sumado un punto de los último 36 disputados e incluso su presidente, Carlos González, ha afirmado que ya planifica la siguiente temporada contando con que el equipo estará en Segunda División. En pocas palabras, un rival tocado y casi hundido, un contrincante herido, el adversario perfecto para que el Villarreal recupere la senda de la victoria, después de cinco compromisos ligueros sin lograr un triunfo.
Afirmaba el viernes Marcelino que no se fiaba «para nada» de este Córdoba en las últimas, pero quizás sea el rival perfecto para que el submarino recupere la autoestima. El equipo amarillo todavía parece arrastrar la depresión por la eliminación europea contra el Sevilla y, además, para el vestuario ha sido un golpe inesperado la fractura de peroné sufrida por Musacchio contra el Getafe.Por eso, un claro triunfo esta tarde se antoja como un buen bálsamo para un equipo que se ha enredado en una dinámica negativa de resultados y que debe, de una vez por todas, sellar el sexto puesto de la tabla.
El gran problema que afronta el conjunto de la Plana, de cara al duelo de esta tarde, es la escasez de centrales. La terrible lesión de Mateo Musacchio, unida a la baja por una elongación en el sóleo izquierdo de Dorado, obligará a Marcelino a echar mano de un Víctor Ruiz, desaparecido en las últimas semanas, y a mantener a Bailly en la zaga. El riesgo se encuentra en que una tarjeta al marfileño le forzaría a cumplir un duelo de sanción por acumulación de amonestaciones. Si esto sucediese y Dorado no se recuperara para el duelo ante la Real Sociedad, las alarmas se encenderían en la parcela defensiva.
Aparte de Musacchio y Dorado, el preparador asturiano no podrá contar con Bruno Soriano y Adrián Marín, como ha sido habitual en los últimos meses. Con esto y ya sin las exigencias de competiciones paralelas, es muy posible que Marcelino apueste por sus hombres más determinantes. Cuando se dice esto, enseguida hay que nombrar a Vietto y Cherysev. El argentino regresa a la citación después de perderse el duelo ante el Getafe por una lumbalgia y apunta a la titularidad. En el caso del ruso, Marcelino señaló que está en condiciones de jugar los 90 minutos, por lo que todo señala que será el dueño del extremo izquierdo.
Por lo demás, el once se compondrá de los más habituales. Los laterales los deberían ocupar Mario y Jaume Costa. Por delante, a la espera de que Bruno Soriano, Trigueros y Tomás Pina tendrán la responsabilidad de generar juego. Con Cherysev en la izquierda, la banda derecha la podría ocupar Jonathan dos Santos, suplente frente al Getafe. Por delante, con un Vietto que debe ser titular, si Marcelino lo ve en plenas condiciones, la pareja del ex de Racing podría ser Gio que, como su hermano, empezó en el banco en el Coliseum Alfonso Pérez.
Un mes sin ganar en casa
A principios de marzo, el Villarreal goleaba al Celta en El Madrigal. Desde entonces, los amarillos desconocen lo que es ganar y acumulan más de un mes sin conseguir los tres puntos en casa. El objetivo es recuperar la confianza, quebrar esta mala racha y alejar al Málaga a una distancia que sea prácticamente definitiva.
Para eso se debe superar a un Córdoba que parece estar esperando a que se certifique, de manera definitiva su descenso. Pero, a pesar de todas las cifras ya apuntadas, su técnico José Antonio Romero aún defiende un discurso en el que apuesta por, al menos, competir hasta el último minuto. Para hoy, el técnico andaluz no podrá contar con los sancionados Pinillos y Borja García. Además, tampoco tendrá a su disposición a Pantic. El jugador cedido por el Villarreal, por contrato, no podrá enfrentarse al equipo amarillo. Por contra, regresa a la convocatoria y, con casi toda seguridad al once, el central Crespo.
El principal peligro de los andaluces se encuentra en su zona de ataque. El ex canterano del Castellón y del Villarreal, Florin Andone, se ha destapado como una delantero ambicioso y con carácter. Seguro que pondrá en dificultades a Víctor Ruiz y Bailly, sobre todo si le acompaña por detrás Ghilas. El argelino, al igual que el rumano, es un punta incansable que puede generar peligro, siempre que el marcador no se ponga pronto en contra para los verdiblancos. Y es que el Córdoba, siempre voluntarioso en los arranque de los partidos, se topa con un muro infranqueable cuando el marcador se pone en contra. Eso será lo que deba buscar el Villarreal.
