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Cortafuegos a golpe de mordisco

El Consell regula el aprovechamiento ganadero extensivo en los parques naturales para, entre otros aspectos, eliminar de forma natural la biomasa Los ganaderos recuerdan que «un pastor que se jubila es una brigada forestal que hay que contratar»

Cortafuegos a golpe de mordisco

Alimentar al ganado y limpiar los montes de maleza descontrolada que se convierte en caldo de cultivo para la propagación de los incendios. Son algunas de las claves de la orden conjunta desarrollada por las consellerias de Agricultura, por un lado, y de Territorio y Medio Ambiente, por otro que, en vigor desde hoy martes 21 de abril, pretende ordenar el aprovechamiento ganadero extensivo tradicional en los parques naturales de la Comunitat Valenciana. En Castelló los parques naturales beneficiados serían los de la Tinença de Benifassà, Penyagolosa, Desert de les Palmes, Irta, Calderona y Espadà ya que en la orden se excluyen los humedales, entre los que encontraríamos el del Prat de Cabanes-Torreblanca.

La premisa de la Generalitat es que el uso de ganaderías puede ser una práctica que permita eliminar «una biomasa excesiva» que, a veces, «es responsable» de algunos episodios de incendios forestales. Las presencia del ganado en terrenos forestales, a juicio de la administración autonómica, «representa una labor esencial para la preservación frente al fuego, reduciendo la acumulación de material combustible y desempeñando una función clave para la selvicultura preventiva en zonas de difícil acceso». Se quiere, en definitiva, «reconocer las labor del pastoreo», facilitando incluso «la creación de empleos relacionados con ese sector», algo sin duda complicado ya que, como reconoce el secretario provincial de la Unión de Llauradors en Castelló, Vicent Goterris, «cada vez hay menos ganado en nuestras comarcas porque la rentabilidad cae año tras año y, sobre todo, porque no hay un relevo generacional que fomente su supervivencia».

Goterris aplaude el desarrollo de esta nueva orden autonómica «porque es justo reconocer la labor medioambiental, y por supuesto de prevención de incendios, de la ganadería de vacas, ovejas y cabras», sobre todo al enmarcarlo en una reflexión contundente: «la gestión en bosques es prácticamente cero porque, sencillamente, no da rendimiento». La consecuencia es que «el bosque por donde no pasa el ganado se cierre caza vez más, el monte bajo crezca de forma desmesurada y, al final, nos encontremos con un enclave natural casi impenetrable en muchos puntos, y eso es combustible puro para un incendio».

Por eso, no duda en destacar que «todo lo que suponga abrir la puerta a una gestión controlada de la ganadería extensiva «es una ayuda que damos, primer0 al ganadero, y después a la prevención de los incendios.Eso sí, destaca el secretario provincial de la Unión de Llauradors que en Castelló vamos perdiendo ganado extensivo porque, pese a su importancia, su beneficio económico es escaso». Y recuerda en este punto que «cada pastor que se jubila es una brigada forestal que hay que contratar».

En las comarcas castellonenses los rebaños son, en general, pequeños, lo que provoca un «impacto cero» en el territorio. «Aquí el clima mediterráneo que tenemos ocasiona que no podamos tener mucha ganadería porque sufrimos periodos puntuales de sequía, como la que hemos pasado todos estos meses». La cara positiva de esta realidad, no obstante, es que «nuestros rebaños, al ser pequeños, pueden ser controlados perfectamente y ser idóneos para pastar de forma regulada en los parques naturales».

La orden de la conselleria incide en que, además del papel del ganado en la selvicultura preventiva, «puede contribuir al aumento de la biodiversidad por la dispersión de semillas, mejorando la estructura del suelo, reduciendo así la erosión y desertización» y, en definitiva, apostando por «el reconocimiento a la labor del pastor y al desarrollo rural sostenible, fijando población rural y generando ventas». Entre algunos de los aspectos que recoge la orden, se establece una carga ganadera máxima que pasa por una vaca adulta por hectárea, tres cabras también por la citada extensión y cinco ovejas por la misma superficie. Asimismo, se apuntan limitaciones al pastoreo extensivo, como prohibirlo en zonas que hayan sufrido un incendio en los últimos cinco años, áreas de valor especial florístico o de la red Natura 2000 o enclaves con un fuerte índice de erosión.

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