Las ruinas del antiguo colegio Errando Vilar de Almassora quedarán reducidas a escombros desde esta mañana y hasta el próximo miércoles. Los trabajos de demolición del edificio situado a la espalda de la calle Boqueras arrancarán a primera hora de la mañana después de que la empresa contratada presentara la semana pasada la certificación para derribar y retirar los escombros.
El bloque, por el que pasaron varias generaciones de estudiantes en la segunda parte del siglo pasado, quedará reducido a cascotes a lo largo de las tres jornadas, según la previsión que ha trasladado la firma especializada al Ayuntamiento de Almassora. El coste de la intervención asciende a 36.990 euros que asumirá la administración local después de que la Conselleria de Educación se desentendiera de la titularidad de la parcela.
Mal estado
El bloque está abandonado desde 2009 pero la caída de un menor en la mañana de Jueves Santo aceleró el derribo. El consistorio, que ha pedido la demolición al Consell en numerosas ocasiones desde el desalojo, decidió abandonar su lucha y asumir el gasto para que no vuelva a repetirse un accidente como el del estudiante del IES Álvaro Falomir. El joven se precipitó a principios de este mes desde un primer piso, al que se había escapado junto a otras dos compañeras dentro del horario lectivo. Al conocer la noticia y cerciorarse de que la Conselleria de Educación se desentendía de la parcela, el ayuntamiento pidió tres presupuestos y reservó una partida de crédito para financiar los trabajos. El trámite podría haberse ejecutado años atrás si el gabinete autonómico hubiera confirmado públicamente que no iba a invertir en el proyecto en lugar de ir demorándolo continuamente. La demolición y retirada de los escombros costará a Almassora cerca de 37.000 euros. El derribo zanja años de quejas del IES Álvaro Falomir, que ha sufrido las molestias y los robos procedentes de las ruinas del antiguo colegio. La separación entre las dos parcelas ha sido insuficiente para que los ladrones se adentraran en el instituto varias veces y se llevaran material electrónico. También el intercambio de droga a escasos metros del centro de estudios fue motivo de queja para el consejo escolar, que reclamó a Educación, a través del ayuntamiento, el derribo del viejo edificio.
