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Almassora decide retrasar la reparación del Errando Vilar hasta las vacaciones de verano

Los técnicos municipales han decidido aplazar los trabajos para asegurarse de que no se produzcan interferencias en la rutina del centro

Fachada del colegio Errando Vilar de Almassora. sara fructuoso

La reparación de la fachada del colegio Errando Vilar de Almassora volverá a demorarse, esta vez hasta las vacaciones de verano, para garantizar la seguridad de los alumnos. Según informó ayer el alcalde, Vicente Casanova, los técnicos municipales han comunicado a la Conselleria de Educación su preferencia por aplazar los trabajos a los meses estivales para asegurarse de que no se produzcan interferencias en la rutina del centro.

El departamento autonómico ha contratado ya las labores de reparación del revestimiento de la fachada, que comenzó a desprenderse en el mes de noviembre. De hecho, esta parte envió una carta al colegio para informar del trámite. Por tanto, los trabajos podrían arrancar en cualquier momento, pero finalmente se retrasarán, al menos hasta finales de junio, para garantizar la seguridad de los usuarios del centro de la calle Constitución, tal como informó ayer el primer edil.

Fue el propio departamento autonómico el que calificó de «urgente» la intervención que finalmente estará bloqueada durante todo el curso académico. El alcalde recordó ayer que la urgencia ya no existe porque la intervención de los operarios municipales, que retiraron todas las placas con riesgo de desprenderse, evita que nuevas piezas caigan al suelo. «No tiene sentido poner en riesgo a nadie porque ahora ya no existe riesgo de caída de las piezas», señaló el munícipe.

La cara exterior del centro permanece desconchada desde el pasado mes de noviembre, cuando el Ayuntamiento de Almassora invirtió alrededor de 1.800 euros para retirar todo el material monocapa afectado. Los daños son visibles a día de hoy desde los campos de fútbol de Boqueras. A pesar de que la imagen muestra el deterioro de la fachada desde la que se despegaron las piezas que la recubrían, no existe ningún riesgo de nuevos desprendimientos para alumnos ni maestros.

La técnico municipal que ha redactado el plan de seguridad y salud decidió el miércoles que era preferible esperar al fin de las clases para intervenir en la fachada. Por este motivo no será necesario que los operarios vallen un perímetro de seguridad para no interferir en la rutina del centro, como estaba previsto. Casanova aplaudió la decisión de la técnico que hará un seguimiento de la intervención durante las tres semanas que durarán los trabajos para garantizar que se ajusta a las necesidades.

El colegio Errando Vilar se inauguró hace seis años y ha arrastrado numerosos desperfectos a pesar de contar con una inversión superior a los 3 millones de euros.

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