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«Comparto la sensación de hartazgo de los ciudadanos por la corrupción»

«Comparto la sensación de hartazgo de los ciudadanos por la corrupción»

Pertenece a la asociación de Jueces para la Democracia —considerada del ala progresista— pero como juez dice no tener calificativo ideológico. Jose Manuel Marco Cos, de 63 años, casado y con dos hijos, nació en Jaca (Huesca) y desde el año 1990 es magistrado de la Audiencia Provincial de Castelló, donde ostenta la presidencia desde hace un año.

¿Es usted un juez progresista?

Me considero una persona progresista y juez sin calificativo. La visión que se puede dar al ciudadano es errónea si se clasifica a los jueces en progresistas o conservadores. Los jueces son jueces. Evidentemente, no pueden abstraer su forma de ver las cosas y pensar de su actuación profesional, pero yo me considero un juez que aplica la ley. ¿Se ha desplegado entre los jueces una cierta valentía al aumentar las sentencias contra los bancos por desahucios y venta de productos financieros?

Valentía ninguna, somos profesionales y nos limitamos a trabajar y cumplir con nuestro trabajo como creemos que tenemos que hacerlo en cada momento. La situación actual de crisis ha provocado que saliesen a la luz situaciones verdaderamente lamentables y hemos entendido que había una situación de abuso por parte del banco.

¿Comparte la opinión del presidente del Tribunal Supremo de que la ley está hecha para el «robagallinas» y no para el gran defraudador?

Sí, es una manera muy gráfica de exponer esa idea y, desde luego, estoy de acuerdo con él en que la normativa penal no está articulada de manera que se pueda investigar y castigar determinadas conductas de delincuencia compleja como los delitos de corrupción, medioambiente o delitos societarios, que técnicamente entrañan muchos problemas.

¿Cómo debería ser la Justicia para que fuera perfecta?

Rápida y, si es rápida, es eficiente. Si puede ser rápida es porque tiene medios, si tiene medios, posiblemente, el juez no sienta la presión de la rapidez y de la necesidad de sacar asuntos y pudiera tener más tiempo para elaborar sus sentencias.

¿No haría falta una reforma de las leyes?

Las leyes definen el marco en el que se debe trabajar pero una ley, por perfecta que sea, si no va acompañada de dotación de medios suficientes va a ser difícil de cumplir. Se está hablando de limitar la instrucción a seis meses. Eso, sin un incremento de los medios es imposible.

¿Sería más factible con una gestión privada?

Eso no es admisible. No digo que no sea factible, pero estoy en contra de la privatización de un servicio público. Debemos admitir que un servicio público, como tal, puede ser deficitario pero hay que pensar en el bienestar del ciudadano y no siempre en la rentabilidad del servicio.

¿Defiende la prisión permanente revisable?

Tengo mis dudas de que sirva para la rehabilitación del reo como se prevé en la Constitución. Esta medida marca un horizonte incierto e indeterminado al interno y dudo de que sea un buen instrumento para lograr la finalidad rehabilitadora de la pena si el preso no sabe cuándo va a terminar la pena que está cumpliendo. Además, puede acabar asemejándose a la cadena perpetua si no se revisa o si cada vez que se revisa se va a confirmando.

¿Diferenciaría aplicar esta medida según el tipo de delito?

La Constitución no hace distinción para reinserción. En mi opinión, la distinción del tipo de delito tiene que venir marcada por la pena. Es la pena y su duración la que establece la gravedad del delito y la intensidad del castigo.

¿Qué opinión le merece el actual ambiente político con tantos casos de corrupción?

La valoración en este caso es más como ciudadano que como juez. Hasta que no se dicte sentencia no podemos decir que sea corrupción pero sí que es cierto que denota una cierta sensación de hartazgo en los ciudadanos, yo también la tengo. Cuando abres el periódico ya no te sorprende encontrarte con una noticia de este tipo, casi estás esperando cuál va a ser la próxima ,y cada vez es más escandalosa.

El Caso Fabra ya ha tenido sentencia. ¿Ha sido ejemplar?

En el Caso Fabra la instrucción funcionó, hubo una investigación, un tribunal que enjuició, dictó su sentencia y la sentencia se está cumpliendo. Levantó bastante expectación porque, a lo mejor, alguien pensaba que esta sentencia no se iba a ejecutar pero se ha visto que las instituciones funcionan, que los tribunales funcionan. Con la ejecución de la sentencia, hablar del Caso Fabra es hablar del pasado.

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