La mediación sigue siendo la asignatura pendiente de la Justicia española. En Castelló se utiliza en el ámbito familiar con relativo éxito pero no alcanza al resto de áreas.
¿Por qué no se logra implantar la mediación?
Quizá tenemos una cultura más de enfrentamiento que de paz, es un problema de formación. Hay asuntos a los que solamente pueden dar respuesta un tribunal pero otros es difícil de entender que lleguen a los tribunales. Y son los asuntos típicamente mediables, por ejemplo, problemas de comunidades de vecinos, que serían perfectamente susceptibles de mediación. También en familia creo que sería ideal que la pareja llegase a un acuerdo sobre, por ejemplo, que es lo que los hijos necesitan para mantenerse y el régimen de visitas más adecuado. Incluso los problemas de pequeñas empresas también se podrían resolver sin llegar a juicio.
¿Y por qué no se hace?
A veces, el origen de muchos de estos pleitos están en el sustrato, son enfrentamientos personales que desembocan en un pleito al que se le da una apariencia de reclamación de derechos por infracción pero que en el fondo late un desacuerdo de carácter personal. Castelló ya está trabajando para habilitar un cauce intrajudicial en mediación para evitar todo esto.
