El último desplazamiento del Villarreal B de la temporada se saldó con un empate que, visto lo sucedido en el primer tiempo, supo a muy poco. Los vila-ralenses fueron un equipo serio y peligroso en la primera parte, pero que tras el descanso se desinfló un poco. Curiosamente, en la segunda parte subieron los dos goles. El filial se adelantó por mediación de David Cubillas (quinto gol esta campaña) y poco después Uri Santos puso las tablas. Hubo mucho respeto en las filas locales porque les hacía falta un punto para asegurar la permanencia. Ayer, incluso perdiendo, estaban salvados matemáticamente por la derrota de los rivales por eludir el descenso.

En la primera parte, recital del argentino Leo Suárez, el dominador claro de la situación fue el equipo de Paco López. Mereció algo más que el 0-0 parcial con el que se llegó final del primer tiempo. Dominó el filial amarillo, tuvo las mejores ocasiones y su portería apenas pasó por apuros.

Leo Suárez fue una pesadilla. Al séptimo minuto tuvo la primera ocasión y el arquero local voló para evitar el 0-1. El segundo aviso lo dio en el 10 Marc Mateu, a pase del argentino, pero el cuero salió desviado. En pleno acoso del Villarreal B, que entró bien por las bandas y por el centro, el granadino Pablo Suárez probó suerte con un tiro que salió lamiendo el palo. A la media hora lo intentó Aleix García y en el 40 Leo Suárez recibió un pase de Marc Mateu y engatilló el cuero que se estrelló en el larguero.

El último cartucho lo desaprovechó Cubillas, que lanzó a las manos del meta. Así se llegó al descanso (0-0), y en el primer disparo de la segunda parte llegaría el 0-1. Lo anotó el propio Cubillas, que remató a la red un centro de Blázquez. Se empezó a hacer justicia, aunque la alegría duró poco ya que en la primera llegada con peligro de los locales el ariete Uri Santos puso la igualada (1-1). El encuentro se vio abajo estrepitosamente. El empate estaba servido visto lo visto.

En la recta final hubo mucho toque y pocas ocasiones. La afición local estaba pendiente del 1-1 de su equipo y del triunfo del Badalona ante el Eldense que les daba la salvación matemática. Paco López fue moviendo el banquillo. Primero entró el extremo zurdo Manu Viana por Pablo González. En el 79 hubo susto en la meta de Bañuz, con un cabezazo de Martínez rozando la cruceta.

Y se llegó al final del último partido del filial lejos del Mini. Seis triunfos, cinco empates y ocho derrotas, con 25 goles a favor y 26 en contra. El último encuentro, si la huelga no lo impide, será el viernes a las 19.00 horas contra el campeón Nàstic de Tarragona, en el Mini.