Cada cuatro años, millones de personas se sientan ante el televisor para ver a sus selecciones disputar el Mundial de fútbol. En las próximas semanas y en Canadá, el balón volverá a rodar. Sin embargo, no serán los Iker Casillas o Sergio Ramos quienes defiendan la camiseta de España sino Sandra Paños e Ivana Andrés, portera y central, quienes compitan por «soñar en grande». Ellas, además, son pioneras. Ésta va a ser la primera vez que España participe en un Mundial y las dos valencianas forman parte de la lista de elegidas por Ignacio Quereda para viajar a Canadá el 5 de junio y debutar el día 9 ante Costa Rica, antes de enfrentarse a Brasil (12) y Corea del Sur (15).

«Un Mundial es algo muy grande y sólo soñar con qué va a pasar ya es increíble. Soñamos, como dice la frase, en hacer algo muy grande. Pero vivo el presente y pienso a corto plazo por lo que mis metas van partido a partido. Creo que pasito a pasito es como se consiguen las cosas. Siempre podremos decir que hemos sido las primeras en representar a España en un Mundial. Es algo muy importante y estamos muy contentas por ello. Trataremos de dar lo mejor de nosotras para poder llegar lo más lejos posible», apunta Ivana, jugadora del Valencia CF. Sandra Paños, del Levante UD, apuesta por saborear el momento: «¡Quien diría que una chica de Alicante iba a llegar a ser una de las 23 elegidas! Para mí es un orgullo a nivel personal y deportivo. Pienso en lo que he trabajado para llegar a este momento y es super gratificante. En el Mundial esperamos llegar lo más lejos posible. Con un objetivo grande se pueden llegar a conseguir grandes cosas. De momento, ya estamos en el Mundial y de ahí en adelante. Ya empezamos a ser grandes».

Para ambas, participar en una cita de gran envergadura «recompensa» los «grandes sacrificios» hechos hasta el momento. «He renunciado y me he perdido mil cosas», lamenta Ivana, mientras Sandra se contenta con pensar que «ya habrá tiempo para vivir esas cosas que ahora no puedo hacer». El Mundial, confían ambas, debería servir para relanzar un deporte que aman. «Sabemos que el fútbol femenino no tiene la misma repercusión o respaldo que el masculino pero invitamos a los aficionados a que vean los partidos y luego que opinen», sostiene Ivana. Sandra, más transparente, la interrumpe para avisar que «si se logra llegar lejos, se hablará de nosotras. Vamos de pipiolas pero con trabajo y rendimiento trataremos de llegar a lo máximo. Esta va a ser nuestra primera toma de contacto y ya veremos qué pasa. Poco a poco vamos dando golpes sobre la mesa. El Mundial se presenta como toda una oportunidad».

Felices por el momento que les está tocando vivir, en las reflexiones de las valencianas, subyace un cierto resquemor hacia la poca atención que despierta su trabajo. «A veces me da un poco de rabia pero es algo que ya está asumido. Si hago este deporte es porque estoy enamorada del fútbol. Eso es así. ¿Vamos con presión? La justa. Trataremos de ganar los máximos partidos posibles. Si hacemos algo bonito en Canadá se hablará de nosotras» incide la jugadora del Valencia CF. La portera levantinista mezcla crítica con esperanza: «Cuesta que la gente conozca nuestro deporte y apueste por ello. El deporte femenino está creciendo y si la gente quiere invertir en él se podrían hacer mil cosas. Creo que, si se proyecta de distinta manera, podría ser un boom a nivel económico y de comunicación».

Ivana (Aielo de Malferit, 13 de julio de 1994) estudia Educación Social y Sandra (Alicante, 4 de noviembre de 1992) INEF, las dos se enfadan cuando se compara el fútbol masculino con el femenino y cuando se dice que el futbol es un deporte de hombres. «Ahí está el error», coinciden alalimón. «Me molesta cuando dicen esto, pero tenemos que hacer oídos sordos y seguir adelante tratando de luchar lo máximo posible para que llegue un día en el que el fútbol femenino tenga la misma repercusión que el femenino», lanza Ivana. Y Sandra completa: «El fútbol también es para chicas, eso hay que decirlo alto y claro. No somos un país con muchas licencias pero tenemos calidad. Quien vea el fútbol femenino se dará cuenta que, a lo mejor no es tan físico, pero que tiene calidad». La invitación ya está hecha y el reto servido.