Tras casi toda la legislatura en desuso, el Ayuntamiento de Vila-real ha comenzado a dotar de actividad al centro cívico María de Luna, una infraestructura municipal que fue inaugurada por el anterior ejecutivo local poco antes de los pasados comicios del año 2011 y que ha permanecido cerrada estos últimos cuatro años. Así lo anunció ayer la edil de Servicios Sociales, Mònica Álvaro, quien subrayó que «ha sido un proceso complicado y en el que hemos trabajado desde hace más de un año», dijo. Y es que, la edil lamentó que, finalmente, haya tenido que ser el consistorio de Vila-real quien asuma la adecuación del mobiliario del centro al lamentar que «la ayuda que prometió la Generalitat nunca llegó».
Asimismo, Álvaro quiso anunciar que los vecinos de la zona norte de la ciudad que hayan solicitado alguna prestación de Servicios Sociales «podrán ser derivados a este centro en el que ya hay un trabajador social», explicó. De esta manera, la intención es que en un futuro, las diferentes zonas o distritos principales de la localidad puedan contar con una delegación de Servicios Sociales aunque, por el momento, la edil comentó que «hoy por hoy no tenemos el presupuesto ni los recursos suficientes», indicó.
El centro ya está acondicionado aunque todavía dejará libres varios recintos. Lo que ya está en marcha, según apuntó la edil, es la plica que se sacará para optar a la gestión de la cafetería del centro, que ya cuenta con todo el equipamiento necesario. En cuanto al mobiliario del resto del centro, la edil explicó que se han reutilizado muebles de otros espacios que ya no se utilizaban.
Además, el recinto también albergará una extensión de la Concejalía de Participación Ciudadana. En este sentido, el edil del área, Xavi Ochando, dijo que el objetivo principal «es crear un espacio intergeneracional para jóvenes y mayores en el que intercambiar experiencias y que ofrezca actividades para todos», señaló. Quienes también tendrán su espacio es el colectivo de la Tercera Edad del barrio del Pilar. Ochando tildó el nuevo proyecto como «un paso hacia delante» y coincidió con Álvaro al subrayar que la idea «es una manera de acercar la administración a todos los ciudadanos».
El centro cívico María de Luna se alzó con la negativa del Consell para convertirlo en un Centro Especial de Atención a Mayores (CEAM). La instalación, ubicada entre las calles María de Luna i Martí l'Humà, fue construida con fondos del Plan E del Gobierno Central, una inversión que, según recordó la edil, ascendió a cerca de cuatro millones de euros.
