Se les suele conocer como patatas calientes. Son esos futbolistas que un equipo tiene cedidos y cuando acaba la temporada regresan, normalmente sin hueco para ellos. El Villarreal cuenta este año con siete futbolistas de esas características: Cani, Javier Aquino, Jonathan Pereira, Hernán Pérez, Javier Espinosa, Pablo Íñiguez y Aleksandar Pantic.

Todos ellos aún tienen contarto en vigor excepto Hernán Pérez, que al parecer es el que más fácil tiene continuar en el Valladolid ya que en fase de promoción de ascenso, si logra subir a Primera el conjunto pucelano lo tiene atado hasta 2017. Si no sube, el jugado podría escuchar tras ofertas.

En el Valladolid también hay otro futbolista amarillo, Jonathan Pereira, quien pese a empezar la temporada cedido en el Rayo Vallecano él pidió marcharse a un equipo donde tuviera más minutos y acabó vistiendo de blanquivioleta. Aunque aún le queda un año de contrato con el submarino, todo indica a que club y futbolista llegarán a un acuerdo para rescindir su compromiso.

En la misma situación se encuentra Javier Aquino. Pese a que empezó en el Rayo despuntando, ha acabado la Liga siendo muy irregular y Marcelino no cuenta con él pese a necesitar hombres de banda.

Por banda derecha juega dos de los cedidos el pasado mes de enero que tienen contrato en vigor hasta 2017 y con los que no cuenta Marcelino.

Cani, el problema

Uno de ellos es Rubén Gracia Calmache, Cani. Como era previsible, el futbolista apenas ha tenido minutos en el Atlético de Madrid, y es sin duda el mayor problema del equipo amarillo, ya que además de estar ya en su última etapa de futbolista, con los 34 años que cumplirá en agosto, tiene una de las fichas más altas del equipo y es imposible que vuelva ya que Marcelino lo tuvo apartado por desavenencias a la hora del método de trabajo. El maño tampoco quiere volver y habrá que buscarle una salida. Su vuelta a Zaragoza, siempre en el ambiente, podría cumplirse ahora, aunque se antoja difícil sobre todo con los problemas judiciales que afronta el equipo debido a los amaños.

Junto con Cani, también salió cedido a Almería Javier Espinosa. El futbolista ha ido de menos a más pero el problema es que el conjunto andaluz ha descendido a Segunda y el manchego se fue del Barça B precisamente por su deseo de jugar en un Primera. Marcelino tampoco cuenta con él pese a necesitar hombres en esa posición.

Los únicos recuperables

También ha termino en descenso el Córdoba donde se encontraba jugando Aleksandar Pantic. El serbio ha sido el cedido con más minutos, prácticamente lo ha jugado todo. Su corta edad, 23 años, hace que sea un jugador aprovechable. El problema es que como lateral diestro están Mario y Rukavina, y como central, Marcelino busca a un jugador con más experiencia que sustituya a Dorado. Intentarán mantenerlo cedido en otro equipo e Primera.

En la misma situación está otro central, Pablo Íñiguez, cedido en el Girona, y aunque con futuro amarillo (21 años), el presente se vislumbra fuera de el submarino.