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El guardián del «Hércules»

El castellonense Michael Soler ingresa el lunes en el Ejército del Aire y será el técnico del avión de acción humanitaria

El soldado Soler, en la redacción de Levante de Castelló. ángel sánchez

Desde pequeño le gusta la aeronáutica y compartía horas con sus padres haciendo maquetas de aviones. Nieto de militar del Cuerpo de los Marines del ejército americano y biznieto de mecánico de aeronaves, su destino profesional estaba ya más que escrito. El sueño se cumplirá el lunes cuando, este joven castellonense de 25 años licenciado en ingeniaría industrial, se incorpore al ejército del Aire. Su destino, el mantenimiento operativo y auxiliar de aeronaves en Zaragoza (Ala 31). Su misión, integrarse en el equipo que vela por el buen funcionamiento del «Hércules», la aeronave del ejercito español que más misiones humanitarias ha tenido.

Para llegar a este punto, el joven ha tenido que pasar varias pruebas. Empezaron en enero cuando se sometió a los tests psicotécnicos y de personalidad que determinan las aptitudes y personalidad del aspirante. «Son de tipo matemático, verbal, espacial y de memoria, que miden la capacidad intelectual de cada uno. Los de personalidad son muy importantes responderlos con honestidad porque son un reflejo de tu personalidad», explica el soldado Soler.

Luego vinieron las pruebas físicas: abdominales, flexiones, salto de longitud y la Course-Navette. Superado este trámite y con una nota de 6,992, le adjudicaron la plaza Ala 31, para el mantenimiento de las aeronaves, y que fue su primera opción. Este trabajo le dará una vida estable, con un contrato de tres años que, según explica, «es algo muy difícil de conseguir ahora si tienes mi edad». Además, recibirá una formación basada en valores como la disciplina, el compañerismo y la humildad. «Me han dicho que es una gran familia y espero que sea así», apunta el castellonense. En contra juega la distancia. Se marcha a Zaragoza y dejará en Castelló a su familia y su pareja.

«La vida deja de pertenecerte»

De esta profesión, el soldado Michael Soler destaca que la vida «deja de pertenecerte». «Las decisiones que vas a tomar a partir de ahora las tienen que imponer tus superiores y tienes que estar dispuesto a dar tu vida por los demás. Esto es lo que demuestra la humildad y altruismo hacia personas que ni conoces», añade el joven. «Como reza un verso de Calderón de la Barca, la milicia no es más que una religión de hombres honrados», apostilla.

Michael cuenta con el apoyo incondicional de sus padres. «Es una decisión suya. Los padres siempre nos preocupamos de nuestros hijos pero estamos muy orgullos de él. Es su vida, su decisión y lo que le gusta», reseña el padre del castellonense, Miguel Soler.

Y es que, el periplo militar del soldado no tiene visos de terminarse aquí. Michael asegura que le gustaría llegar «lo más alto que pueda». «Ahora es muy difícil hablar de esto pero creo que reuno las cualidades para tener posibilidades», concluye.

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