Este año los agricultores de Benicarló tampoco van a hacer caja con la alcachofa. A pesar de la ausencia de heladas en la producción y a falta de datos oficiales, la última jornada de recolección de alcachofa en la presente temporada para la industria conservera cerrará una campaña «muy normal», según explicó Jorge Llorach, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen «Alcachofa de Benicarló».
Llorach indicó que ayer se cerraba la campaña «al no llover, ya que la planta ha perdido vigor y ha comenzado a secarse y a no producir». De haber tenido lluvias, la temporada podría haberse todavía prolongado 15 días más «pero ya se da por finalizada». En los próximos días los cinco almacenes que trabajan con la industria conservera murciana facilitarán los datos oficiales al CRDO de la alcachofa del volumen de sus ventas.
Llorach explicó que «a pesar de no ser excelente no nos podemos quejar, si bien ha venido marcada por el calor del inicio de la temporada, la poca demanda, los precios contenidos y una producción modesta», resumió el presidente del consejo regulador de Benicarló.
La producción se envía a Murcia en camiones, donde es manipulada y envasada, donde se prepara bien hervida en conserva o congelada.
Una industria poco rentable
Benicarló produce alcachofas de reconocido prestigio pero vende muy barata la producción de las alcachofas del final de la temporada, cuando las temperaturas son más elevadas y el producto tiene una menor calidad. Una posible alternativa para tratar de optimizar los beneficios sería la implantación de una industria conservera de verduras y hortalizas que pudieran rentabilizarla.
«Se ha planteado en varias ocasiones, pero contar una empresa de tamaño mediano precisa disponer de trabajo todo el año para hacerla viable y la temporada acaba ahora y vuelve el próximo año», explica Llorach.
Otra alternativa sería la utilización de otras variedades de alcachofa, aunque Llorach recuerda que «no se acopla a este terreno ni a los moldes que utilizaría la industria para la blanca de Tudela que se cultiva en el Maestrat». Según indica Llorach «se deberían cambiar los moldes y realizar ajustes para una zona con poca producción y en un contexto en el que este tipo de industrias están cerrando en nuestro país y marchándose a otros países por su poco rendimiento».
