Las elecciones municipales en Segorbe han dado como resultado, por sexta vez consecutiva, una victoria al PP con 6 Concejales, 5 al PSOE y 2 a Segorbe Participa. Estos resultados no han dado opción a que el partido ganador fuese el que gobernase y la suma de los dos partidos de izquierdas formarán el equipo de gobierno de los próximos cuatro años.

Tras la reflexión que desde el PP hemos hecho con la mente serena y desde la autocrítica, hemos concluido que puede ser que hayamos perdido la confianza de un 15 % de los electores por cuestiones de carácter local, pero visto lo ocurrido en el resto de poblaciones de la Comunidad nos inclinamos a pensar que ha habido un castigo colectivo a las siglas del PP en general.

La pregunta es ¿por qué alcaldes y concejales del PP que han demostrado honestidad y eficiencia en su gestión han sido castigados y no podrán volver a desempeñar sus funciones?; la respuesta es compleja y siempre hay que acatar la soberanía del pueblo, pero pienso que no es normal hacer pagar a justos por pecadores.

Hemos recibido un mensaje que considero con toda la sinceridad que no es bueno para el futuro y además es complejo de interpretar, porque ¿se valorará o no la gestión realizada por quienes gobiernan? Parece ser que por una mayoría simple sí, pero por una minoría no. Lo grave es que esta minoría desequilibra la balanza a favor de partidos que no han obtenido el triunfo en las elecciones, dándoles la oportunidad de coaliarse y no permitir que gobierne el partido ganador.

Quisiera pensar que lo que ha ocurrido en estos sufragios es una situación excepcional y que el elector seguirá votando y valorando la gestión y su ideología política, ya que si no es así, se producirá una situación anómala en la esencia democrática de las elecciones, sean del ámbito que sean.

Esta desazón de una parte de los electores del PP necesita urgentemente un diagnóstico y tratamiento de shock y otro a medio plazo, ya que tenemos que trasladarles que hemos captado su cabreo y malestar con el PP y que vamos a hacer un acto de constricción serio, contundente y veraz, y tomaremos decisiones de presente y a largo plazo que vuelvan a recobrar la confianza perdida.