Un centenar de profesionales participaron ayer en el XI Congreso de la Sociedad Valenciana de Medicina Interna para abordar los avances en este área, especialmente el tratamiento integral que requieren los pacientes crónicos complejos y las novedades aportadas por los facultativos que han atendido los tres casos de ébola registrados en España. Un congreso organizado por el equipo facultativo del Servicio de Medicina Interna del Hospital Provincial de Castelló a cuyo frente está el doctor Miguel Beltrán.

La atención a personas con problemas crónicos es, según Beltrán, uno de los retos sociosanitarios más importantes en la actualidad, ya que requiere un abordaje multidisciplinario y de manera cooperativa. En pocos años España ha experimentado un mayor envejecimiento de la población y, por tanto, un aumento de personas con problemas de salud crónicos, por lo que la actividad de los profesionales de la Medicina Interna ha aumentado considerablemente.

«Estos enfermos tienen patologías que no son curativas, por lo que los especialistas nos centramos en tratar los síntomas para aumentar su supervivencia», destaca Beltrán, quien explica que entre el grupo de pacientes crónicos se encuentran personas con EPOC, diabetes, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal crónica, enfermedades neurológicas y oncológicas, entre otras.

El congreso también contó con la intervención de la doctora María del Mar Lago, del Hospital Universitario de Madrid La Paz, quien expuso su experiencia en los tres casos de ébola tratados en nuestro país. La doctora y su equipo lograron tratar con éxito el de una trabajadora del centro que se contagió del virus. En su opinión, los especialistas españoles están preparados para atender a los pacientes de ébola. Salvar la vida a la compañera del centro afectada ha supuesto «un gran reto sanitario» y ha resultado «muy gratificante», según sus palabras.

La doctora ha resaltado el esfuerzo laboral, físico y psíquico que ha supuesto para todos los trabajadores que han atendido a los pacientes, ha manifestado que han tenido que modificar tanto hábitos familiares como sociales y se ha referido también al control exhaustivo que han seguido durante dos meses para descartar el contagio.