El presidente de la comunidad de propietarios de Peñíscola Playa, Antonio Martín, respondió al alcalde que «por supuesto» van a reclamar la ejecución de la sentencia del TSJCV ratificada por el Supremo y que obliga a derribar los locales comerciales construidos en las zonas comunes del grupo de apartamentos superando la volumetría permitida. Según agregó Martín «sería absurdo después de 20 años y de haber llegado hasta el Supremo no pedir la ejecución de la sentencia, que ya fue comunicada como un mandato y con unos plazos muy estrictos al ayuntamiento el pasado año, antes que planteara el recurso de súplica».
Una vez derribados los locales objeto del litigio que se construyeron sin licencia durante los años 90 quedará una urbanización mucho más parecida al folleto publicitario y a las promesas con las que los más de 450 vecinos de la zona adquirieron sus propiedades.
«Esperamos que todo aquello quede limpio y adecentado como corresponde al centro o la plaza mayor que va a suponer para Peñíscola, porque será de lo primero que verán cuando lleguen los visitantes y deje aquello de ser el chiringuito de alguien para se convierta en el espacio en el que viven miles de vecinos que tienen sus derechos, aunque no votemos en el municipio», aseguró el representante vecinal. Finalmente Martín añadió que la comunidad no es «el verdugo sino la gran perjudicada y la víctima, que ha tenido que aguantar 20 años con una obra ilegal delante de sus narices sin que nadie le haya ayudado lo más mínimo y los que se han lucrado con esta obra durante este tiempo han sido otros».
Según los vecinos será el promotor quien debe pagar los costes del derribo. De no cumplirse, se ordenaría al Ayuntamiento y Conselleria de Territorio que actuaran subsidiariamente para después reclamar los costes al promotor. Actualmente restaurantes y tiendas ocupan los locales comerciales que están condenados a la piqueta por sentencia firme del Tribunal Supremo.
Obras en el castillo
La Diputación está concluyendo ya los trabajos de rehabilitación arquitectónica que enriquecen la visita del Castillo de Peñíscola con la incorporación de detalles inéditos hasta ahora desconocidos de las habitaciones pontificias del Papa Luna en el edificio y cuyo origen se remonta al siglo XIII. «Los resultados han sido muy satisfactorios, que han permitido conocer mucho más de la estructura del edificio», explicó el diputado de Cultura, José Luis Jarque.
