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Bataller tira la toalla y abandona la vida pública

El alcalde en funciones, bajo el punto de mira estos días por las investigaciones de la trama Púnica, decide abandonar su actividad política para evitar más daños a su familia

Bataller tira la toalla y abandona la vida pública

Entró hace cuatro años por la puerta lateral y sale ahora del ayuntamiento, de la política y de la vida pública por la de atrás. Alfonso Bataller será el próximo lunes historia en el Partido Popular y en la institución municipal. Atosigado las últimas 72 horas por las investigaciones de la Audiencia Nacional por la trama de corrupción Púnica, Bataller tira la toalla pese a haberse mostrado dispuesto a lidera al PP desde la oposición en el consistorio castellonense.

Aterrizó como alcalde en sustitución de un Alberto Fabra que dio el salto a la presidencia de la Generalitat, sobrevivió a una primera imputación de Gürtel que puso en un brete su candidatura para las pasadas elecciones municipales y dio la cara tras el fiasco del 24M al perder 6 concejales y la mayoría absoluta que retenía el PP desde hace 24 años.... Pero la puntilla le ha llegado días antes de ceder la vara de mando con la declaración ante la Guardia Civil por la trama Púnica. Acompañado por toda su candidatura y por el presidente provincial del PP, Javier Moliner, Bataller anunció su decisión de renunciar el próximo lunes a su condición de concejal, «dejando así el ayuntamiento y mi vida política. Además, renunciará a todos su cargos en el Partido Popular «y a cuantas responsabilidades me vinculan con la vida pública».

Justificó su decisión de recibir el acta de concejal en el acto de mañana sábado «por los 21.000 votantes que han confiado en mi equipo como la opción política mayoritaria de la ciudad de Castellón», pero añadió que si toma es decisión por sus compañeros de candidatura, «por mi familia renunciaré el lunes a ser concejal».

Bataller, en un vaivén de emociones y con el continuo aplauso de los ediles populares, -presentes y futuros- cortando su discurso, reconoció que las últimas noticias aparecidas en los medios de comunicación, vinculadas a la trama Púnica, «no solo han dañado mi imagen, sino que también causan dolor a mi familia, a mi entorno y a mi partido». Pese a todo, quiso dejar claro que «el Ayuntamiento de Castellón ha actuado con total transparencia y honradez» y, respecto a la investigación por la red Púnica y los contratos que realizó el consistorio con empresas vinculadas a la trama, se mostró convencido de que «se resolverá positivamente», aunque reconoció que para entonces «ya estará en entredicho mi imagen pública».

De cara a ese momento, confió en que «reflexionemos algún día sobre la importancia de respetar algo tan trascendental como es la presunción de inocencia, un principio que debemos tener siempre presente porque, de lo contrario, estaremos fomentando el totalitarismo por el que hemos estado luchando».

Gürtel

No dudó Bataller en hacer mención a la anterior etapa complicada en su trayectoria política, como fue la imputación por la trama Gürtel en su época en la Conselleria de Sanidad que, al final, se retiró. En este sentido, recordó que, «aunque finalmente quedó probada mi buena fe en la gestión pública, el dolor de mi familia y de mis allegados quedará siempre como muestra de lo injusto que puede llegar a ser hacer juicios de valor contra quienes, humildemente y desde la vocación de servicio público, representamos democráticamente a los ciudadanos».

Con todo, y sin poder contener las lágrimas, dejó claro que su carrera política «termina aquí y en este momento» y resaltó que «si difícil es llegar a la política, más difícil es irse, pero hoy, tras haber pensado y haber reflexionado con mi familia, he decidido dar este paso». Eso sí, confía en que «el tiempo lo ponga todo en su lugar y día tras día se vea con claridad toda la labor que hemos hecho por Castellón durante los últimos años, en los que solo me ha guiado un objetivo: trabajar por la ciudad que me vio nacer y hacerlo con lealtad y responsabilidad». Por eso, aseveró que se va «con la cabeza alta, con la conciencia tranquila y con mi honradez intacta».

No hubo tiempo para preguntas, pero sí para abrazos de Bataller con sus compañeros y compañeras compañeras de partido, algunas rotas en el llanto como Begoña Carrasco o Carmen Albert. El alcalde en funciones se dirigió por penúltima vez hacia su despacho, donde compartió con su equipo el capítulo final de su trayectoria política. El Hospital General ya le espera.

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