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Vila-real llora la muerte de Biot

El artista, especialmente conocido por sus pinturas sobre la naturaleza y los troncos de los árboles, ha fallecido tras una larga enfermedad El alcalde de Vila-real alabó la implicación del pintor en la vida de la ciudad y su contribución a la cultura

Biot, el pintor de la naturaleza, de los troncos de arboles, de los volcanes, de las flores con visión «zoom», el intenso y poderoso alentador del color, murió anteayer de una grave enfermedad. Con esa grave dolencia convivió siempre, con una gallardía admirable. José 'Pepe' Biot era valeroso. También humano, esforzado, trabajador y, todo ello, puesto al servicio de un arte personal, imaginativo dotado de una técnica y unos recursos que eran excepcionales y que asombraban a todos aquellos que contemplaban sus trabajos.

Una vida consagrada al arte

Había nacido en Meliana, pero su vida y su obra se extendió en Vila-real, aunque fue ciudadano del mundo viviendo en Canarias y en diferentes puntos de Hispanoamérica. De todos los lugares su retina se adueñó del carácter del paisaje que dio un concepto especialmente creativo a su obra. Una porfía con la materia, insistida, superpuesta, martirizada, para lograr un resultado de poderoso impacto visual, voluptuoso y enérgico y, al mismo tiempo, de intrínseca lozanía, en una apoteosis vital del naturalismo, caracterizaba su obra que se vio en toda España y en importantes salas de Asia, América y Europa.

El pintor supo muy bien cuajar en sus lienzos el conjunto global de la visión panorámica, nominado en un fragmento en el que se resumía la singularidad poderosa del medio.

Es decir, de la globalidad percibida eligió un fragmento esencial en el que se encerraba el conjunto del significado y la magia del entorno: el paisaje de la mediterraneidad cuajado en un soberano elemento esencial, pletórico de fuerza y de misterio: era un roquedal, un árbol, una flor, o es tal vez de modo más preciso el fragmento de una pared pétrea, unos pétalos, o el tronco de un olivo o un algarrobo. En el poderoso silencio de sus formas estaba la mayor fascinación de su pintura, que ha recreado un modelo nuevo de paisaje sin perder de vista el naturalismo y asumiendo todos los postulados de la vanguardia, con una intensidad personal muy expresiva.

La naturaleza vivió en la potencia desgarradora de su pintura colorista, luminista, intensa, de una mediterraneidad singularmente universalizada. Una pintura que era la revelación de su carácter vitalista, humano, bondadoso en el que emergía la verdad más grande de la naturaleza: la verdad y el carácter.

La ciudad llora su pérdida

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, quiso trasladar ayer sus condolencias en nombre de la corporación y la ciudad de Vila-real a los familiares del pintor. Benlloch destacó la trayectoria del artista, que le llevó a ser reconocido en 2006 con el Premio de las Artes Plásticas de la Generalitat Valenciana, así como «su contribución a hacer más grande la cultura y la historia recientes de Vila-real». «El mundo de la cultura vila-realense está de luto por la pérdida de un artista de la talla de Pepe Biot, cuya implicación con nuestra ciudad, de donde fue también funcionario, es innegable». «A través de su obra y su capacidad creadora, ha dejado una huella imborrable en Vila-real, su casa», lamentó Benlloch.

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